Una noche de luna llena: SONATA ARCTICA celebró sus 25 años en Argentina #Reseña

El pasado martes 21 de marzo, en un Teatro Flores completamente lleno, SONATA ARCTICA celebró sus 25 años de carrera. Casi dos mil fanáticos esperaron pacientemente su llegada a Buenos Aires durante varios años, ya que se trataba de un show cancelado por la pandemia y reprogramado varias veces. La última visita del grupo finés fue en 2017, cuando vinieron a presentar “The Ninth Hour” y tanto tiempo pasó que ya Tony Kakko tiene nuevamente una larga melena metalera.

Hablar de SONATA ARCTICA es hablar de una las bandas más influyentes en el género del power metal, sin embargo es también hablar de uno de los más polémicos ya que todavía muchos fanáticos no les perdonan que hayan dado un golpe de timón y se hayan dedicado a hacer canciones más suaves y melódicas, dejando de lado aquellos temas rápidos y pesados. Por otro lado, su última visita nos dejó una sensación agridulce por la ausencia de grandes clásicos, pero el hecho de hacer una gira aniversario nos hacía soñar con escuchar aquellos temas legendarios y eso fue lo que muchos fuimos a buscar ese martes por la noche en Buenos Aires.

Los encargados de abrir la jornada fueron los muchachos de SILVERHEART, oriundos de Rosario, quienes despacharon lo mejor de su repertorio power metal ante un teatro que ya estaba considerablemente lleno, teniendo en cuenta la hora. El público respondió bien y ya comenzaba a entrar en calor, listos para recibir a los siguientes teloneros: ARIADNA PROJECT.

La banda de power metal de Buenos Aires demostró que tiene una fuerte base de fans, que los recibieron por todo lo alto y se mostraron sumamente interesados en los discos que ARIADNA PROJECT estuvo regalando durante el set. Además de un talento vocal e instrumental notorio, sobre el escenario se podía notar la experiencia del grupo, que antes de despedirse pidió un aplauso para la banda anterior y para el propio público, por haberse portado tan bien. “Y las Sombras Quedaran Atrás”, una canción que Barilari popularizó pero fue escrita por ellos, fue la elegida para cerrar el set, dejando a los asistentes más que satisfechos y listos para recibir a los protagonistas de la noche.

A las 21:05 hs comenzó a sonar la intro que los fineses usan para iniciar sus conciertos, “Always Look on the Bright Side of Life”, de Monty Python, y mientras los músicos salían al escenario, Tony Kakko con su larga y plateada cabellera le pedía al público que cantara el tema. Fue allí cuando, al ritmo de “The Wolves Die Young”, oficialmente comenzó el show, encendiendo al público desde el primer instante. La voz de Tony lució impecable desde el inicio y el sonido, dentro de todo, estuvo muy bien durante casi todo el show.

“Hola Buenos Aires, estamos aquí celebrando 25 años y queremos tocar temas de todos los discos” dijo el carismático frontman después de interpretar “The Last Amazing Grays”, y desde allí ya comenzabamos a soñar con un setlist lleno de joyas. “Storm the Armada” fue el tercer tema de la noche, seguido de uno de esos que todos quieren escuchar: “Paid In Full”, una canción que -según nos contó el vocalista- había sido escrita en sus inicios cuando tenía tiempo libre. Las aguas se calmaron un poco mientras interpretaban “Sing In Silence”, del mítico segundo disco del grupo, Silence (2001), pero la locura se desató cuando fue el turno de “Kingdom for a Heart”, uno de los mayores clásicos de la banda y, por supuesto, de los más esperados. La multitud se volvió loca y mientras algunos hacían pogos, otros cantaban a todo pulmón esta gema del disco debut de Sonata, el inigualable Ecliptica (1999).

Con temas como “Caleb” y “Closer To An Animal”, interpretados de forma impecable, volvimos a los tiempos modernos del grupo, donde quedó demostrado con la respuesta del público que ambos temas ya se han convertido en clásicos y Kakko, que no paró de interactuar, aprovechó para hablar un poco acerca nuestra relación con la naturaleza y los animales. Ahí se tomó un tiempo para contarnos que habían perdido algunos equipos durante los vuelos internos de Brasil, pero que ya los habían recuperado, afortunadamente.

Hubo un momento gracioso cuando Tony se equivocó en el setlist y anunció “Broken” como el próximo tema, pero en realidad no era esa la que venía sino la legendaria “Black Sheep”, con la cual el público volvió a enloquecer. “A veces somos lobos y a veces ovejas”, comentó el vocalista antes de interpretar esa obra maestra. “Broken”, “I Have a Right” y “Tallulah” conformaron una épica triada de canciones mid-tempo en donde el público aprovechó para calmarse un poco y cantar casi tan fuerte que no se escuchaba bien la poderosa voz de Kakko (al menos desde el centro del pogo).

Antes de “Tallulah” pudimos ver a Tony interactuar una vez más, y esta vez un poco más íntimo. “Hablemos de sexo” lanzó sorpresivamente el vocalista. “Hay muchas cosas importantes para entrar en ambiente y la música es una” aseguró, antes de preguntar a la multitud cuántos habían nacido antes de 2002. “Bien, hay unos cuantos. A todos los demás, es muy probable que sus padres hayan escuchado esta canción cuando iban a… ya saben” dijo, entre risas, antes de comenzar esa legendaria balada.

El show se acercaba a su fin, y era el momento de otro gran clásico del disco Ecliptica: “FullMoon”. Este fue, definitivamente, otro momento cumbre de la noche, donde la gran mayoría de los fans volvió a enloquecer y cada uno de los miembros del grupo demostró que todavía pueden ejecutar esos grandes temas de forma impecable. Luego del derroche de energía que signifió “FullMoon” la banda se retiró del escenario, pero regresaron para dos temas más. Al volver, Kakko nos dedicó “We Are The Champions” de QUEEN por el reciente campeonato mundial, tema que cantó a capella mientras felicitaba a toda la Argentina por ser los mejores en fútbol.

Al igual que ocurrió durante todo el show, la multitud volvió a corear el nombre de la banda al ritmo del “olé, olé” y al final aprovecharon para cantarles la infaltable canción del “sentimiento que no puedo parar”. Allí sería el turno de “The Cage”, otro clásico de los primeros años y aunque para algunos todavía faltaban muchos temas por tocar, la banda solo tenía planeado un último hit: “Don’t Say A Word”. Antes de interpretar esa última canción, el vocalista aprovechó para agradecer una vez más y nos habló sobre lo importante que es asistir a shows para mantener viva la industria musical. “Gracias por guardar el ticket 3 años, por estar aquí y mantener viva la música. Sin ustedes esto no sería posible, solo comprando tickets hoy y mañana y pasado podrá seguir viviendo la música y pasando a nuestros hijos y nietos” aseguró Kakko y remató con “Gracias por mantener viva la música”, en medio de una ovación. “Don’t Say a Word” -con el ya popular outro de Vodka- fue la canción que le dió cierre a una velada mágica, en la que algunos pudieron ver a la banda por primera vez y llevarse la grata satisfacción de escucharlos en un muy alto nivel.

Una gran noche donde no hay nada que reclamarle a SONATA ARCTICA, más allá de los temas seleccionados o la duración del show, ya que inevitablemente algunos nos quedamos con la sensación de que pudieron haber tocado un par de temas más (el show duró poco más de hora y media) o que pudieron haber revivido clásicos como “Wolf & Raven” o “8th Commandment”, pero como siempre, esto es un tema de gustos y es muy probable que para quienes prefieren la era moderna del grupo, este haya sido un show perfecto. Si, siempre vamos a querer más, pero son seres humanos y ya no tienen 20 años así que lo mejor que podemos hacer es agradecerles por seguir haciendo giras, tocando esos grandes temas con la mayor calidad posible y visitarnos cada vez que pueden, algo que definitivamente disfrutamos y seguiremos anhelando con cada nuevo disco que el grupo publique. Nos veremos en la próxima.

Frank Hernández