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Como si mañana fuera el fin del mundo: STEEL PANTHER debutó en Argentina #Reseña

¿Qué no pasó la noche del martes 17 de octubre en el Teatro Gran Rivadavia de Buenos Aires? Claro, es obvio, STEEL PANTHER se presentaba, literalmente, en un teatro. Particular debut en latitudes argentinas. No había campo, cancha, o como se denomine. Eran butacas, y el lugar se preciaba de sus características que le otorgan la potestad de denominarse teatro: acomodadores, vendedores de snacks – quienes aclaraban que la función era sin intervalos -, y el silencio sepulcral, la conversación, en lugar de la música de fondo que, según la situación, puede amenizar o aturdir.

A eso de las 21:30 hs, con introducción que advertía de insinuaciones sexuales, es decir, que seríamos víctimas de un coito por parte de la banda: «hold on to your vaginas, you fucking pussies». Encantador. STEEL PANTHER subió a la tarima. ¿Qué pasó en el público? Los lugares, tan celosamente reservados, desaparecieron y, simplemente, fue una competencia para ver quién llegaba primero al escenario.

Falsete perfecto de Michael Starr (voz) y comienzo de «Eyes of a Panther». No caben dudas que si esta canción hubiese sido editada en los 80, hoy estaría en los cánones como «Too Young Too Fall In Love», de MOTLEY CRUE. Bueno, born too late decía SAINT VITUS. Sonido perfecto, nada para quejarse. Incluso, una peculiaridad: la reverberancia en la batería de Stix Zadinia era idéntica a la conocida en esa década como el sonido de estadio. Todos los guiños estaban ahí.

«We have come to rock your tetes (sic)», clamó Satchel (guitarra) pidiendo tetas, el Costello del Abbott, que en este caso sería Starr. El humor estaba a la orden del día, y esto solo podía congeniar con talento. Vamos con un simple ejemplo: nunca viene mal una imitación, por eso Stix pudo lograr, a la perfección, dar con el talante de Rick Allen, baterista de DEF LEPPARD que perdió su brazo derecho. «He wasn’t left out», sentenció Starr; pero, más allá de todo, desde la banda aseguraron que era un buen tipo, que él era «alright». Chistes que se perderían en la traducción, pero para quienes entiendan inglés, son de salón.

¿Y qué hay de nuestros Abott y Costello (famosos humoristas de los años 40’s, para quien no los conozca)? Satchel aprendió rápidamente español: en su mano derecha tenía unas palabras clave. Starr era «pito chiquito», «tonto», «usted es maraveaso» (sic) y «me encanta konyo» (sic).

Recodatorio de español para Satchel. PH: Giancarlo Murchio

La presentación de Satchel a Starr no tuvo precio: «Quiero presentarles a una leyenda del Heavy Metal, un tipo que ha inspirado a miles de niños a abandonar la escuela y coger con strippers todos los días de sus vidas. Desafortunadamente, Vince Neil no estaba disponible, así que déjenme presentarles a Michael Starr.. Pito chiquito, very pito chiquito!». Por obvias razones (para complacer a sus ídolos), desde el público se develaran senos a la vista en dos ocasiones.

El nuevo bajista de STEEL PANTHER, Spyder, no solo estaba perfecto en la mezcla, sino que improvisó un «Seven Nation Army» de THE WHITE STRIPES, y demostró destreza en coros y en improvisar en «Impromptu Song for a Girl», momento donde una afortunada del público subió al escenario y cada miembro del grupo le improvisó unas estrofas… con fines sexuales. En este caso, tenían que rimar con «Eli», nombre de la protagonista del momento.

Satchel, con su alma de investigador, declaró que se tomó el tiempo de revisar en Wikipedia que Argentina es el país con mayor población de prostitutas asiáticas (inchequeable, ¿no?) dando pie, así, a «Asian Hooker», pegadito a «Let Me Cum In». Hasta aquí, show soñado, pero había más, como el clásico – que debería ser himno – «Death To All But Metal». Pero, llegó el momento tan esperado: todas las chicas de la audiencia invitadas al escenario para «Party All Day (Fuck All Night)», eso sí, en un clima de respeto y buena onda, sabiendo hasta donde va el chiste. Pero, el show se había terminado, era el fin y no había nada más que hacer.

Ahora, esto último es cuestionable porque, el grupo volvió e hizo dos canciones más «by request» – en palabras de la banda-, y es cierto que no estaban en la lista impresa, pero nunca se apagaron las luces, más bien, se hicieron tenues y una luz violeta apuntó a la batería. ¿Quizás estaban esperando adrede que el público pidiera más? Pedido y obtenido: «Fat Girl (Thar She Blows)» y «Party Like Tomorrow Is the End of the World». Fiesta absoluta y un show sin ninguna queja. Debut soñado. Desde ya esperamos el retorno con ansias.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.
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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos / Todos los derechos reservados

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