Ayúdanos a hacer periodismo independiente

Por favor, desactiva Ad-block

Trabajamos duro para brindarte contenido gratuito y de calidad. Mostrarte publicidad es la única forma de monetizarlo y seguir creando.

Estás aquí
Página principal > Noticias >

Tóxicamente Unidos: TOXIC HOLOCAUST debutó en Argentina #Reseña

¿Cómo olvidar esa ola renovadora de Thrash que trajo consigo a TOXIC HOLOCAUST? Parece irrisorio recordar que en cuestión de décadas hablar de este estilo de música pasó de ser, prácticamente, enunciar significados prehistóricos a, rápidamente, estar en la cresta de la ola. Sociológicamente es fascinante. Musicalmente también. Los delays hicieron que los liderados por Joel Grind (bajo y voz) llegaran a latitudes argentinas recién en 2022. Y no está mal, de hecho, los encontramos en su madurez. Como a la primavera porteña que dibujaba una extensa fila en el Abasto porque, sí, el 25 de octubre era la fecha tan esperada donde el trío thrasher se presentaría en Buenos Aires.

Todo comenzó con los locales PUCARÁ que sonaron prístinos y esto es destacable: su guitarrista, en plena emoción, señaló que invierten, ensayan, es decir, construyó la figura del esmero que se constató en un sonido excelente. “Dale loco, acérquense que esto no es COLDPLAY”. No, claramente no lo era, como apuntaron desde las cuatro cuerdas, pero el público estaba extrañamente distribuido: concentración al medio y dispersión a los costados. Eso sí, en ese centro el headbang era desquiciado. Entre chistes y una más que buena presentación, la banda dejó el escenario “caliente”, como ellos mismos intentaron aclarar verbalmente, para que los foráneos “arremataran”.

Abierto el telón y TOXIC HOLOCAUST comenzó su show con “Bitch” y “Silence”. Desde ya que la apreciación es subjetiva, pero el pogo, o moshpit para darle carácter internacional, fue de una magnitud que pocas veces vi. Para que el lector lo imagine – si estuvo ahí, lo recordará -, todo Uniclub era una ronda, dejando libres solamente los costados, siendo ese el lugar donde los fotógrafos aseguraban sus herramientas de trabajo. Después, alguna ibas a ligar, porque el escenario era una fiesta donde todos estaban invitados. No pasó una sola canción donde alguien no subió para hacer stage diving. Mención especial para lo que ocurrió en los bises, aunque me adelante a los hechos – porque el regreso de la banda al escenario ocurrió en cuestión de segundos despúes del falso “último tema”: en “666” el stage diving, deporte de alto riesgo, no salió tan bien cuando un fan, más que ebrio, se resbaló golpéando el pie de micrófono de Robert Gray (guitarras), para caer, progresivamente, al suelo. Ileso. Misma canción y desde ese moshpit que nunca paró, salió un thrasher oldschool casi sin aire; lo recuperó acercándose a la puerta y tomando, en segundos, lo que quedaba de una botella de cerveza. A prueba de balas.

“Este tema es para ustedes”, dijo Joel Grind antes de “Wild Dogs”; y me detengo en su figura porque cuando él se para frente al escenario, sin atisbos de dudas, roba la presentación: todos los ojos van hacia él y a ese sonido sucio, de un bajo pesado, ubicado correctamente en la mezcla. Pero la performance escénica de Robert Gray es, sencillamente, excelente, porque además de ser un buen guitarrista, tiene el oficio de ganarse al público y eso es más que valorable. En la batería, talentoso e inmutable, Tyler Becker, conformando así a un trío que sonó muy bien, y eso es un placer cuando, prácticamente, no tuvieron tiempo para probar sonido. En rigor de la verdad, tal testeo tuvo cinco minutos de duración.

Sorpresivamente, el setlist tuvo una sola canción de Primal Future… (2019), su último larga duración, con An Overdose of Death (2008) siendo protagonista con cinco composiciones. De cualquier manera, las ansias por ver a la banda eran tales que podrían haber hecho un único disco entero que el resultado sería igual de positivo. Terminó “Nuke The Cross”: con dieciséis canciones y una sonrisa en la cara, TOXIC HOLOCAUST dejó el recinto. Afuera, quienes habían hecho stage diving continuamente, se emprolijaron y se preguntaron sus destinos. Eran las diez y media de la noche, en un día de semana: hasta en eso el debut de los norteamericanos en tierras argentinas fue destacable.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
Facundo Guadagno on FacebookFacundo Guadagno on Instagram

Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

¿Qué opinas? ¡Queremos saber tu opinión!