A veces quedamos tan hipnotizados por los que llegan a la cima del éxito comercial que descuidamos a los miles de grupos que luchan por hacerse un lugar en la escena musical a fuerza de talento, profesionalismo y creatividad. Claro que no me refiero a los patiños que simplemente copian la propuesta de otro y por alguna razón pretenden hacer una prefabricada carrera con ello, sino de músicos con algo real que aportar al arte que le da sentido a nuestras vidas a diario, músicos como LA CHATARRA ESPACIAL.
En su momento lo definí como “una placa que tiene desde BLACK SABBATH hasta LUIS ALBERTO SPINETTA, pasando por el Rock Progresivo y el Funk”, aunque hoy también le agregaría Jazz a esa mezcla. Su primer hito discográfico se nutrió de influencias existentes a las que les agregaron su ADN, desembocando en la creación de canciones frescas que denotaban un futuro prometedor.
Hoy, dos años más tarde, soy contemporáneo de su segundo lanzamiento, el flamante Batalla Del Tiempo. La banda atravesó cambios en el ínterin, como el ingreso de Peter Provan en guitarra y voz, y el cambio de Gonzalo Boero por Roman Rajczyk -copiar y pegar apellido- tras los parches. Junto con Francisco Rangugni en guitarra, Juan Ninotti en teclados y voz líder, y Roberto Sanchez Cano en bajo y voz líder también -los miembros originales-, parieron una obra que se alza sobre lo construido en Ciencia y Ficción.
Con el correr de los minutos es evidente que Batalla Del Tiempo tiene su propia identidad respecto de su hermano mayor, disminuyendo la distorsión y relegando agresividad/pesadez (que en verdad nunca fueron el foco en primer lugar) en pos de orientarse hacia un sonido más delicado y cristalino, repleto de melodías memorables que atraviesan al Pop, Jazz -“Sal”-, Funk, Rock Progresivo y que coquetea con el Metal en muy breves instantes.
Aunque el sonido del primer disco me había parecido superlativo, se queda chico frente a la brillante producción de esta placa, con una mezcla donde cada instrumento se escucha perfectamente –“Pueblo Lavanda”-. La composición se nota también mucho más pulida, con cambios de tiempo bien dispuestos –“En Línea”-, y el agregado de secciones nuevas que parecen salidas de la nada pero que renuevan con tal naturalidad cada track que deslumbran –“Kalypso 53”-. A diferencia de otros grupos donde un integrante marca el camino a seguir, en Batalla Del Tiempo (y en LCE en gral.) todos son protagonistas.
Las corrientes de pensamiento (no necesariamente inteligente) actuales dictan que hoy en día la gente no escucha los discos completos, mucho menos aquellos que superen la hora o tengan más de 10 canciones. Pese a eso, todavía hay bandas a las que parece no haberles llegado el memo. Por suerte LA CHATARRA es gente de bien, y suman puntos desde el número de tracks, que dan un total de 33 minutos de música tan amenos que escucharlos de un solo tirón es inconsciente. Como se dice en Argentina: “cortita y al pie”. Sin relleno, sin sobrecargar cada composición, y donde todo elemento importa y cumple un minucioso rol para hacer de ésta una grata placa.