Un ritual entrando en tu ciudad: LOS PIOJOS en el Parque de la Ciudad, Buenos Aires #ReseñaDestacadaReseñasShows (Así Fue) por Frank Hernández - 27/05/202527/05/2025 En apenas unos días se cumplen 16 años de aquella última presentación en vivo de LOS PIOJOS antes de su separación. Fue el 30 de mayo de 2009 cuando Argentina los vio tocando juntos por última vez en el estadio de River Plate. En 2024 anunciaron su regreso a los escenarios, tras 15 años de ausencia, con una serie de shows en el estadio único de La Plata que luego dieron pie a una gira por todo el país, y seis meses después revelaron que la reunión había llegado a su fin.Para despedirse de sus fans, la banda liderada por Andrés Ciro Martínez y Daniel «Piti» Fernández anunció un gran show en el parque de la ciudad el 24 de mayo, el cual además de servir como un masivo ritual de despedida, sería su primer recital en la capital argentina desde aquella última noche en River hace 16 años. El festival Quilmes Rock, realizado en Villa Martelli, fue lo más cerca que la banda estuvo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y justamente en ese show anunciaron esta gran despedida capitalina. Como era de esperar, las entradas se agotaron rápidamente y la banda anunció una segunda fecha en el mismo parque, para posteriormente anunciar dos conciertos más, en River.Con la certeza de que el show de este domingo ya no sería su último recital, la expectativa cambió y lo que se pensaba iba a ser un día agridulce por el inevitable final, se convirtió en un alegre ritual donde el público se reencontró con sus ídolos y celebró el día de la patria. Tuvimos la suerte de estarcen ese masivo ritual para ser partes de esta serie de shows de despedida, junto a decenas de miles de almas que abarrotaron el parque, una vez más y esto fue lo que ocurrió. El recital, que estaba anunciado para las 21 hs, comenzó 47 minutos más tarde, posiblemente esperando a la gran cantidad de público que a las 21 hs aún no había ingresado, sin embargo ya se ha vuelto normal que los shows de LOS PIOJOS comiencen con cierto retraso, algo que el público sabe y por eso tampoco se muestra ansioso ni apurado, al contrario, en la previa se puede ver a todo el mundo disfrutar, conversar y esperar pacientemente el inicio sin importar que hayan pasado más de 30 minutos de la hora anunciada. Pero la espera valió la pena: desde el arranque, el show fue una fiesta total.A diferencia de otras veces, donde han elegido canciones bien arriba para arrancar, el comienzo fue suave con «Unbekannt«, pero inmediatamente el lugar se prendió fuego con «Desde lejos no se ve« y «Ruleta«, que sonaron pegadas, sin pausas, como si fueran una sola canción. Apenas terminaron, vino la primera interacción: “Buenas noches, somos Los Piojos”, dijo Ciro y el parque explotó en eufória.Durante esos primeros temas, pudimos ver a sus dos bateristas tocando en simultáneo. Me refiero a Sebastián Roger Cardero y Daniel Buira, marcando un arranque con mucha fuerza. Luego, para los siguientes temas, quedó Sebastián Cardero como único responsable de los parches.Vale la pena recordar que el grupo está conformado actualmente por los miembros originales Andrés Ciro Martínez (voz, guitarra y armónica), Daniel «Piti» Fernández (guitarra y voz) y Daniel Buira (baterista hasta 1999), el percusionista Facundo Farías Gómez (que se sumó en 1999), Miguel de Ipola (que ingresó en 2006), Juan Manuel Gigena Ábalos (guitarrista de CIRO Y LOS PERSAS), Luciana Valdés, conocida mayormente como Luli Bass (bajista) y el también baterista Sebastián «Roger» Cardero (que ingresó al grupo en el 2000 tras la salida de Buira). La noche tuvo muchos momentos memorables, como cuando en «Langostas» (tema que no tocaban desde 2006) aparecieron los muchachos del Grupo Zapa con gaitas escocesas, aportando ese sonido único al tema y complementando las visuales de guerra que acompañaron la canción. Al terminar, Ciro dedicó el tema “a todos los chicos masacrados todos los días”, en clara alusión a la situación en Gaza. El vocalista mandó a buscar a los «pipers» para presentarlos —porque ya se habían ido del escenario— y entre risas hizo mea culpa por su falta de cortesía: «Disculpen, se me pasó», y bromeó: “Está fresco pa’ pollera”, aludiendo a la falda escocesa que tenían los músicos en esta fría noche de mayo. Luego llegó el momento de «Fantasma«, donde Ciro bajó por primera vez a cantar entre la gente, algo que repetiría varias veces a lo largo de la noche.Ale, Dani y Caetano: Los herederos del legadoLa gran sorpresa llegó con «Pistolas«, que no fue interpretada solamente por Ciro sino también por su hijo, Alejandro Martínez, quien vestido igual que su padre, apareció en tarima cantando y tocando la armónica como todo un mini Ciro. Pero no solo el cantante cambió lugares con su heredero, sino también el guitarrista Piti y el baterista Dani, ya que Danilo Fernández, en guitarra y Caetano Buira, en batería, completaron el relevo generacional. Este fin de semana fue la primera vez que esta versión familiar se vio en Buenos Aires, tras haberse estrenado en Rosario. El público enloqueció con el solo de guitarra de Danilo, demostrando su gran talento, pero también con la potencia de Caetano en los tambores y la carismática presencia de Ale, que se robó todas las miradas. Definitivamente, hay futuro.Después de ese momento especial, Ciro presentó a su histórico guitarrista Piti Fernández y lo dejó a cargo de «Entrando en tu ciudad«, que además de tenerlo a él en las voces, contó con la participación de Rodrigo Pérez, guitarrista de Ciro y Los Persas.Luego llegó el turno de viajar al pasado con el emotivo video que vienen reproduciendo en todos sus shows, desde que iniciaron esta gira de reunión en diciembre del año pasado. El audiovisual contiene imágenes de archivo que repasan la historia de la banda, mientras que una versión instrumental de «Ruleta» sonaba en el piano, acompañada por un coro de fans que cantaban la letra. El momento cerró con un mensaje en la pantalla: «Si no existe la memoria, todo lo nuestro es suicida». El aplauso fue unánime. En «Vals inicial» volvió Daniel Buira y, otra vez, la batería fue cosa de dos. También se sumaron violines y cellos, aportando esa nueva dimensión sonora que requería un tema así. La emoción y los tributos siguieron con «Sudestada«, donde se homenajeó al querido y recordado Gustavo «Tavo» Kupinski. Su hermano Matías subió al escenario para tocar la guitarra con la banda, y gracias a la tecnología, Tavo “cantó” junto a LOS PIOJOS desde las pantallas. Un momento que provocó algunas lágrimas entre los presentes.A partir de allí, fue Dani Buira quien se quedó en la batería para interpretar temas como «Llévatelo», «Ay ay ay», «Manise» (que no se tocaba desde 2009) y el infaltable «Tan solo», con Luli Bass brillando en el bajo durante esa mítica introducción. Ciro dejó al público cantar toda la primera estrofa y posteriormente bajó del escenario -otra vez- a cantar con la gente que estaba en las vallas. La comunión con los piojosos y piojosas fue total.Otra rareza de la noche fue el cover de The Rolling Stones, «Es sólo rock & roll (It’s Only Rock & Roll)», que aunque ya ha sido tocado cuatro veces desde su retorno (la primera fue en el Quilmes Rock hace poco más de un mes), antes de esa ocasión no había sonado en más de 20 años. Lo mismo con «Olvidate (ya ves)», que apenas ha sido interpretada tres veces en esta gira y durante la cual vimos a Ciro usar una vuvuzela como instrumento. Ahí se despidieron… por primera vez.Pero claro, el ritual piojoso no podía terminar así. Los músicos volvieron con sus batas verdes de boxeadores para encendernos a todos con «Como Alí», y allí Ciro se bajó nuevamente de tarima, caminando por el pasillo que separa al escenario de la consola de sonido. La fiesta siguió con temazos como «Maradó», «Morella» y «Muévelo», donde aprovechó para presentar uno a uno a los músicos, y volvió a despedirse en lo que parecía el final.Sin embargo, volvieron nuevamente al escenario para iniciar el segundo encore con «Bicho de ciudad», acompañados una vez más por un set de violines y cellos, seguidos de los temas «Motumbo» y «Genius», y allí Ciro aprovechó para agradecer y recordarle a la audiencia que había micros gratuitos dispuestos por la organización para facilitar la salida del público. “Ayer solo se usaron 20 de los 80 disponibles”, aseguró, antes de invitar a todos al próximo show y prometer que no se van para siempre: “Nos vemos en River los que puedan, los que no, gracias por acompañarnos. Y tranquilos, que no pasarán 15 años para el próximo reencuentro”.Allí llegó otra de las sorpresas de la noche: una emotiva versión de «Juana Azurduy», original de Mercedes Sosa, ideal para la fecha. “Feliz 25 de mayo… aunque ya debe ser 26”, bromeó Ciro antes de interpretarla porque ya habíamos pasado la media noche y así el folklore se apoderó del recital por unos minutos. El show se acercaba a su final y llegaba el momento del siempre esperado (y coreado) «Farolito«, con el que el parque en pleno saltó y bailó pero aunque el tema lucía como el cierre perfecto, el público no se movía y continuaba esperando más. Fue allí cuando tocaron «El balneario de los doctores crotos», muy celebrada por todos los presentes, y amagaron nuevamente con irse, pero volvieron para un tercer encore donde nos regalaron una más: «Cruel«.Ya se habían cumplido las tres horas de show, pero todavía no ocurría el clásico ritual final de lectura de banderas, así que, al ritmo de «Finale«, Ciro leyó los trapos y saludó a todos los barrios y localidades que por medio de sus banderas le hicieron saber su apoyo y dijeron presente. Exactamente a la 1 de la mañana, tras 3 horas y 15 minutos de música y mística, terminó este nuevo ritual piojoso, con el broche de oro de ver a Ciro saliendo a escena para tocar el Himno Nacional en solitario, con su armónica, cerrando una noche histórica.LOS PIOJOS: Una banda que se preocupa por sus fansEste domingo 25 de mayo no fue un feriado cualquiera. El día de la patria coincidió con la celebración de un nuevo ritual piojoso en uno de los parques más importantes de la Ciudad de Buenos Aires y acá quiero hacer una mención importante acerca de esta experiencia en comparación con otras veces que asistí a un evento de esta magnitud. Siempre suele haber cierto temor acerca del sonido y la visibilidad cuando se hacen conciertos en lugares tan grandes, y ni hablar del rechazo que algunos le tienen al Parque de la Ciudad debido a su ubicación y lejanía, sin embargo la producción no solo estuvo impecable a nivel de sonido y escenografía, con grandes pantallas y numerosas torres de sonido repetidoras, sino que se dispuso de micros gratuitos para llevar a la gente hasta las principales estaciones de tren de la ciudad (Constitución, Once y Retiro) al salir del show.¿Cuándo se ha visto esto? Tal vez no será la primera vez para algunos, pero en cuanto a eventos privados, para mi lo fue. Desde hace 30 años estoy yendo a recitales en distintos países y nunca vi tal demostración de interés y preocupación por el público por parte de una banda y una organización, mucho menos en un evento cuya entrada más costosa tenía un valor de $120.000 pesos (aprox $100 dólares).Lamentablemente estamos acostumbrados a que algunos artistas y productores de eventos solo se preocupen por vender entradas y llegado el día del show, nos encontramos con la sorpresa de que a pesar de lo costoso de los tickets, el sonido no es bueno o la visibilidad es nula porque no invirtieron lo suficiente en garantizar algo tan básico como eso, pero incluso en los casos donde sí tenemos buen sonido y visibilidad, la norma es que una vez terminado el show, la organización se desentienda de los asistentes. Salvo pocas excepciones, les importa poco o nada cómo regresan los fans a sus hogares, haciendo que la salida de los eventos masivos se conviertan en verdaderas pesadillas para los asistentes que no tienen auto (y a veces también para los que tienen). Particularmente, recuerdo un par de ocasiones en ese mismo parque, donde era imposible conseguir un colectivo para salir del lugar, pero esto lo he vivido en muchísimos recintos y en distintos países, por eso quiero resaltar lo que hicieron LOS PIOJOS este fin de semana, de la mano de 300 producciones, al incluir en su presupuesto el transporte para que quienes fueron a verlos pudieran salir sin problemas del lugar y no tuvieran que depender del transporte público, cuyo servicio en horas de madrugada es bastante deficiente. Es algo tan raro que, tal como reveló Ciro esta misma noche, la mayoría no los usó el día anterior y estoy seguro que fue más por desconocimiento que por no necesitarlos.Otro detalle a destacar fue la disposición de plateas a los costados para quienes querían ver el show sentados, algo que raras veces ocurre en eventos realizados en parques, donde generalmente obligan a todos los asistentes a estar de pie, y en la mayoría de los casos separan el predio en distintos sectores de campo. LOS PIOJOS, en cambio, no hicieron ningún tipo de división en el sector campo (como debería ser siempre en los recitales de rock) y ofrecieron esta opción de plateas para quienes deseaban estar más cómodos.Parece una tontería, pero habiendo tantas producciones que no lo hacen, es un deber resaltar a quien sí. Ojalá otros artistas y organizadores copiaran este tipo de cosas buenas, y ojalá como público comencemos a valorar y resaltar estos detalles, porque siempre es fácil resaltar lo malo y quejarnos, y siempre habrá público para aplaudir nuestras quejas, pero si hay algo que puede cambiar al mundo es el buen ejemplo y en este caso, lo de LOS PIOJOS fue ejemplar.Se suponía que este fin de semana se despedirían de sus fans por un buen tiempo, sin embargo, ahora tienen una nueva cita en el Monumental y por partida doble, prometiendo cerrar el ciclo en el mismo lugar donde cerró aquella vez, hace 16 años. Esperemos cumplan su promesa y no pase tanto tiempo para una nueva reunión como esta.Frank HernándezDirector en RocktambulosEscucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo. Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos© Todas las fotos fueron tomadas por Leticia Villalba para Rocktambulos / Todos los derechos reservados