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VIRUS: A más de 35 años de su lanzamiento, analizamos “Recrudece” #LaMúsicaYElConcepto

El Rock en Argentina representa, de alguna u otra manera, los ánimos de una sociedad de fuertes oscilaciones políticas, una econmía crónicamente infectada y la cultura en batalla permanentemente, generando una imposición de interpetaciones siempre propensas a la lucha encarnizada. VIRUS, como cualquier producto sociocultural, no es la excepción. En plena dictadura militar existía una división entre quienes eran considerados “frívolos” o “blandos”, es decir, conjuntos musicales pasatistas funcionales al mercado y opuestos a la rebeldía que inherentemente postula el Rock. Con Wadu Wadu (1981), el grupo de los hermanos Moura, caía en esa categoría. Pero para 1982 las cosas habían cambiado: la dictadura se embarcaba en un terreno bélico, una masacre llamada Guerra de Malvinas, teniendo un masivo popular y condensando, de esa manera, los anhelos del nacionalismo: una causa que homogeniza a la polbación bajo una consigna. En la Plaza de Mayo se veían carteles con la leyenda “Malvinas sí, Proceso no”. En ese contexto VIRUS editó Recrudece (1982), un ataque claro al conformismo que imperaba en la sociedad argentina. La confusión ante la edición de este disco mostró la paradoja del Rock argentino: insólitamente mostró la tensión de un movimiento liberador y reaccionario.

La transgresión que presentó el sexteto significó una huella para posteriores artistas, mostrando que los límites en la música podían existir y en el Rock argentino eran muy palpables. La Guerra de Malvinas fue un puñal que marcó a la Nación, y esto lo deja sintetizado “El Banquete”,el comienzo del álbum, sutil, audaz, pero también la crónica de una herida que hasta el día de hoy se encuentra fresca en un país que lucha por saldar su pasado: el debate sigue vigente. Si bien el nuevo trabajo de VIRUS por momentos podía pecar de ingenuo, esto era típico de un estilo musical en ciernes dentro de Argentina, propio de una sociedad diezmada por golpes militares y democracias inestables, sumado a un pasado fuertemente conservador donde el tango y el folclore eran la norma, mientras que lo demás era “extranjerizante”, es comprensible que hoy ciertas humoradas del sexteto nos sean risueñas.

No obstante, en Recrudece hay grandes críticas a la pobre cultura argentina, atrasada y autárquica, como “Bandas Chantas Arañan la Nada”, una canción que solo cuenta con la vocal “a” – adelantados a la famosa “Ojo con los Orozco” de LEÓN GIECO que utilizaría la “o” – protestando contra los habituales individuos que forman un grupo musical reversionando clásicos, vendiendo y dejando al arte de lado: tan actual que da miedo. También resulta vigente el chovinismo barato del argentino medio que se expresa en “Me Fascina la Parilla”: la creencia pueril de pretender ser “los mejores del mundo” porque Diego Maradona es argentino, la nacionalidad – dudosa – de Gardel y el asado. Estos mitos fueron expuestos por Juan José Sebreli en su libro Comediantes y Mártires (2008), llevando a las proclamas de VIRUS al costado más académico, rastreando las nociones filosóficas que estarían en “Me Fascina la Parilla”, solo que el grupo musical y el ensayista no se conocen, o al menos es poco probable, aunque lo relevante es como las ideas se retoman y muestran la vitalidad del debate.

¿De dónde nace esta visión tan rica y particular? La respuesta está en el sociológo Roberto Jacoby, una pluma que colaboró con el grupo para poder darle el toque de distinción y una visión crítica, histórica y profunda sobre los tópicos sociales. Este tipo de colaboración, lejos de quitarle mérito al conjunto, implica que el sexteto aceptó que su impronta se nutriera de una visión académica, creando un arte mucho más denso y desmintiendo a quienes los llamaban “frívolos” o “pasatistas”. Incluso VIRUS llegó a puntos morbosos para algunos, o simplemente fantasías sexuales inconfesables, como “El 146”. La parodia se encuentra presente en canciones como “Reportaje Sincero y Anticonvencional”. También aparece la literatura, bizarra por el contexto, como “El Corazón Destrozado de Francisco Quevedo”, un poema del autor español.

La presentación de Recrudece fue el 19 de junio, el primer sábado posterior a la rendición de Argentina en Malvinas, en el Teatro Olimpia, con una puesta en escena vanguardista, performances de artistas en escena y una extraña indumentaria por parte de la banda. La frivolidad había quedado de lado y la intelectualidad, o la bohemia, emergía dentro de la propuesta del sexteto, algo que el Rock argentino aún no puede digerir. Todo esto fue el síntoma de una sociedad que buscaba salir del atraso cultural y que, con la vuelta de la democracia, tendría expresiones artísticas improvisadas e inigualables hasta el día de hoy: señaes de una coyuntura social y política, trágica pero al mismo tiempo prometedora y llena de esperanza. Recrudece es la síntesis de una juventud con su expresión en ciernes y que explotaría en unos años. Después de la década de los 80’s, y con VIRUS como protagonistas, el Rock argentino sería la vanguardia y llegaría a un punto altísimo que hasta la actualidad no se ha igualado.

 

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
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