¿J.S. Bach en una disco? YNGWIE MALMSTEEN lo hizo posible en Argentina #CronicaDestacadaOXDReseñasShows (Así Fue) por Frank Hernández - 01/09/201624/06/2024 Cuando se piensa en guitarristas hay nombres que vienen a tu mente automáticamente. Los de tus bandas favoritas, los que la gente menciona todo el tiempo y los verdaderos referentes. Estos últimos son los íconos, los emblemáticos, son los que seguramente inspiraron a tus bandas favoritas y que han innovado de alguna manera en su manera de tocar. YNGWIE MALMSTEEN es uno de esos nombres que todo rockero amante de la guitarra eléctrica conoce, no tiene porque gustarle, pero seguro que lo ha escuchado y sobretodo lo respeta. Es un maestro del instrumento y verlo en vivo debería ser una de esas cosas que hay que hacer por obligación en la vida.Tras haber cancelado su show en Buenos Aires pautado para el mes de Mayo, el pasado 26 de Agosto Argentina recibió finalmente a uno de los íconos del shredding, al inmortal de las seis cuerdas, al showman de la guitarra: YNGWIE, y Groove fue el lugar escogido para que demostrara todo su talento.Con un nuevo disco bajo el brazo, el sueco llegaba dispuesto a mostrar lo que ha venido haciendo y por supuesto, a deleitar a sus fans con inmortales clásicos. Desde que atravesabas la puerta el escenario llamaba la atención de cualquiera que ingresara en el local. Si, sabemos que Groove tiene un escenario y que siempre está ahí, pero esta vez una pared de amplificadores Marshall lo adornaban y desde la distancia uno no sabía si era un afiche o realmente habían tantos amplis ahí. Pero sí, ahí estaban, era más que obvio que el protagonista de la noche sería un guitarrista y que sonaría fuerte, como todo rockero desea sonar. Tras largos minutos de espera en los que no hubo banda soporte, se apagaron las luces y todo parecía listo para el arranque. Eran poco más de las 21 hs y «Rising Force» sería el tema encargado de iniciar la velada. El clásico de su disco Oddysey (1988) hizo que la multitud enloqueciera al ver a Malmsteen, ataviado con su guitarra, desplegando su virtuosismo desde la primera nota.Sus extrovertidos músicos le acompañaron desde el primer momento en el escenario y supieron ganarse el amor del público con cada gesto y cada canción. Por ejemplo, su bajista Ralph Ciavolino no paró de repartir besos a la audiencia, intervino en varias ocasiones para agradecer a los asistentes y hasta «movió las caderas» durante varios temas. Por su parte, Nick Marino destacó en los teclados y en la voz, interpretando de manera impecable cada canción, mientras que Mark Ellis tuvo la oportunidad de lucirse con un gran solo de Batería hacía el final del show.«Spellbound» fue el tema que siguió en el set. El instrumental que le da nombre a uno de los albumes más recientes del guitarrista sirvió para comenzar a mostrar las capacidades de cada uno de los músicos en tarima y posteriormente llegaría «Razor Eater», del disco Attack!! (2002). Entre tantos temas que pudimos escuchar esa noche, destacaron «From A Thousand Cuts» y «Arpeggios From Hell», los cuales fueron precedidos por el famoso «Overture». Era el momento más neoclásico de la noche y donde sin duda Yngwie se sentía más cómodo.El guitarrista sabe muy bien como fusionar su virtuosismo musical con su actitud en escena, convirtiéndose él solo en un show digno de admirar. Agita la guitarra, se la quita, se la pone, toca con los dientes, con los ojos cerrados o de espaldas, lanza pajuelas al público pateándolas como si fueran balones de fútbol y hasta se atreve a lanzar su guitarra al aire con la confianza de que su fiel roadie la tomará antes de que toque el suelo. Malmsteen es un verdadero showman. Para cuando comenzó el clásico «Seventh Sign», ya el público estaba más que en confianza y se le podía escuchar cantando cada línea del tema. Pero no solo las canciones con letra fueron interpretadas por los asistentes, si algo caracteriza al público argentino es su amor por cantar las melodías instrumentales, un aspecto que -como audiencia- los ha hecho famosos en todo el mundo. El conocido «Badinerie» de Bach y el «Adagio en Sol menor» de Albinoni fueron la previa del archiconocido «Far Beyond The Sun», uno de los instrumentales coreados esa noche.La banda desapareció del escenario y quedó Yngwie solo con una guitarra acústica, la cual utilizó para interpretar un solo que sirvió de intro para el clásico «Dreaming». Le siguió «Into Valhalla», «Baroque And Roll», «Demon Driver» y «Trilogy Suite Op: 5». El público, extasiado con cada interpretación, no paraba de ovacionar a Malmsteen tras cada canción, pero todavía no llegaba la mejor parte: La guitarra electroacústica regresó al escenario arrancó uno de esos clásicos que te erizan la piel: «Black Star».Sabíamos que se acercaba el final, sin embargo había tiempo para una mas, y fue así como el gran Yngwie Malmsteen cerró su show con «I’ll See The Light Tonight», uno de sus más conocidos temas que forma parte de Marching Out (1985).De esta forma llegaba a su fin una de las fechas más «cultas» que habrán sucedido en un boliche, y es que no todos los días vemos en una disco como Groove, a alguien ejecutando piezas de Bach, Albinoni o interpretando metal neoclásico. Pero así fue, un nuevo capítulo se escribió en las paredes del conocido local de Palermo y su protagonista fue uno de los magos de la guitarra más grandes de la historia. Frank HernándezDirector en RocktambulosEscucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo. Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos Todas las fotos fueron tomadas por Juan Manuel Pantera Von Ortner y son propiedad de Volumen 4