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TIM RIPPER OWENS en Argentina: Comprometido con el legado #Reseña

El pasado viernes, el Heavy Metal vivió una noche de pura intensidad en El Teatrito, con el regreso de Tim Ripper Owens a la Argentina, tras dos años de su última visita acompañando a Udo Dirkschneider en 2023. La esperada reunión fue una gran fiesta para los fanáticos argentinos, quienes disfrutaron de una noche llena de clásicos, energía y momentos memorables.

Owens es sinónimo de Heavy Metal. Posee una trayectoria de más de 30 años, con su estilo distintivo, agudos prodigiosos, melodías poderosas y un carisma que no pasa desapercibido. Ha dejado huella en cada banda en la que participó. Destaca especialmente su paso por Judas Priest (1996-2003), donde sustituyó a Rob Halford y grabó discos como Jugulator (1997) y Demolition (2001), consolidándose como una figura clave en la escena mundial del Heavy Metal. Además, su carrera abarcó grupos del nivel de Iced Earth, Yngwie Malmsteen, Beyond Fear (su propia banda) y, actualmente, KK’s Priest, proyecto de K.K. Downing (ex guitarrista de Judas Priest).

El espectáculo inició con el apoyo de las bandas argentinas Noches Enfermas, In-Dios, Ícaro y Patan, que calentaron motores y levantaron el entusiasmo del público, que fue llenando el recinto a la expectativa del regreso del ícono estadounidense.

Tras unos minutos de retraso, la banda de Owens salió a escena. Acompañados por músicos brasileños, arrancaron con un despliegue de clásicos. La noche comenzó con temas de gran fuerza: «Jugulator», «The Green Manalishi» (cover de FLEETWOOD MAC) y «Burn in Hell» sonaron increíbles, con la voz de Owens en un alto nivel. Se podía sentir que, pese al paso del tiempo, su caudal vocal sigue intacto.

Sin embargo, la presentación enfrentó un duro contratiempo cuando el bajista señaló que algo no andaba bien con su instrumento. La situación no mejoró rápidamente, y por varios minutos la incertidumbre reinó en el escenario. A pesar de los esfuerzos del equipo de producción, el problema persistió así que Owens y sus músicos decidieron seguir adelante sin bajo.

Fue una lamentable situación, ya que sin el mencionado instrumento interpretaron temas como «Beyond the Realms of Death» y «Blood Stained» (ambas de JUDAS PRIEST), así como «Scream Machine» (de BEYOND FEAR), «Hellfire Thunderbolt» y «One More Shot at Glory» (de KK’s PRIEST). La energía del grupo mantuvo viva la calidez del público, quienes aplaudieron y apoyaron en todo momento, incluso con toques de humor por parte de Owens.

Finalmente, la situación técnica se solucionó con un cambio de bajo, permitiendo que la banda retomara su sonido. Con el tema «When the Eagle Cries» de ICED EARTH, se vivió un momento de calma entre el público, y la canción sirvió como una «intro» para lo que sería lo mejor: el clásico «Wrathchild» (de IRON MAIDEN). Antes de que comenzara, Owens anunciaría con emoción:

“Esta canción es para mi amigo Paul Di’Anno, que ya no está con nosotros. Pero estoy seguro que les va a gustar”.

Desde los primeros segundos, el lugar explotó en una euforia total, donde todos corearon y saltaron con entusiasmo en honor al desaparecido Di’Anno.

Tras una hora y treinta minutos de show, llegaría el cierre, con un recorrido por grandes éxitos de JUDAS PRIEST, como «Hell Is Home», «Electric Eye», «Living After Midnight», y la despedida con «One on One», una de las favoritas de Owens, del disco Demolition.

En líneas generales, fue un concierto que, pese a los percances, disfruté mucho, sobre todo por el hecho de ver a Owens cantar canciones de su época en JUDAS PRIEST y no enfocarse solamente en los grandes éxitos de la banda. Casualmente, hace muy poco pudimos ver en vivo a JUDAS PRIEST en el Masters Of Rock. De esa inolvidable presentación, que generó merecidos elogios de todos los fans, nos quedó también un recuerdo no tan grato: la forma en la que el mítico Rob Halford, al momento de nombrar todos sus álbumes, ninguneó completamente los discos que grabó Ripper, como si no existiesen. Poder escuchar en vivo al menos cinco canciones de esa época en la que Tim grabó Jugulator y Demolition fue un lujo para quienes le tenemos aprecio también a esos trabajos, que si bien no son los discos más populares entre los fanáticos, tiene sus defensores (como yo, que incluso tengo Demolition en formato físico). Esta noche fuimos testigos del compromiso de Ripper con su legado y comprobamos, una vez más, por qué es una de las grandes voces del Heavy Metal a nivel mundial.

Alejandro Gonzalez
Colaborador en Rocktambulos

©Todas las fotos fueron tomadas por Leticia Villalba para Rocktambulos / Todos los derechos reservados

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