ASKING ALEXANDRIA en Argentina: El fuego que no se apaga #Reseña

Tras 9 años desde su última visita, la banda inglesa de metalcore/screamo liderada por Danny Worsnop volvió a Buenos Aires para presentarse en el mismo lugar que los vio romperla hace casi una década: El Teatro Flores, y esta vez para cumplirle el sueño a los nuevos fans que han sumado en Argentina durante todo ese tiempo, quienes posiblemente no pudieron verlos en aquella oportunidad.

La noticia de su visita nos tomó por sorpresa, sobre todo porque su regreso al continente se supo en octubre, cuando se anunció el «I Wanna Be Tour» con el que la banda girará por Brasil durante este mes de marzo, y al transcurrir los meses sin novedades de una extensión de esa gira, los fans perdieron toda esperanza de tenerlos por aquí. Pero la esperanza es lo último que se pierde, dicen, y en este caso el milagro ocurrió cuando en los primeros días del año se anunció que la banda tocaría también en Argentina y Chile, con fechas pautada para finales de Febrero. Parecía que era muy poco tiempo para convocar a los fans, sin embargo la comunidad «alexandrina» respondió y este jueves 29 despedimos el mes de febrero con ASKING ALEXANDRIA tocando en un Teatro Flores bastante lleno, mucho más de lo que algunos esperaban.

Junto con el show que realizaron hace dos días en Chile, estas fueron las dos primeras fechas del año para el -ahora- cuarteto británico, y además las primeras desde que se confirmó la salida de Ben Bruce, su guitarrista fundador, por lo que las expectativas eran altas.

Con un notable retraso debido a problemas logísticos, aproximadamente a las 20:00 hrs inició la jornada con la primera banda de la noche: IN YOUR HANDS. Los seis muchachos de Buenos Aires fueron los encargados de calentar motores con su post-hardcore y aunque no contaron con el mejor sonido, desplegaron una gran performance sobre el escenario, desbordando una actitud y energía que inevitablemente contagió al público mientras se iba llenando el recinto.

La segunda agrupación de la noche fue RESONAR, quienes tuvieron mejor suerte con el sonido -sin llegar a ser perfecto- y demostraron tener un apoyo notable por parte de la audiencia, algo no tan frecuente con las bandas soportes. El grupo argentino aprovechó su breve set para demostrar su talento y entrega sobre el escenario, mientras que abajo sus fans se encargaban de hacerlos sentir bienvenidos con gritos, cantos y hasta carteles con mensajes para ellos. Una excelente manera de prepararnos para lo que vendría después.

La espera entre la última soporte y ASKING ALEXANDRIA se vivió con una atmósfera cargada de expectación y entusiasmo por parte del público. Desde antes de que se abriera el telón, los fanáticos coreaban el nombre de Danny, así como el de la banda, demostrando su ansiedad por presenciar el espectáculo, sobre todo porque la hora prometida para su presentación ya se había superado.

Aunque no pudimos verificarlo, supimos que el retraso inicial fue originado por demoras en la aduana con los equipos de la banda, los cuales llegaron tarde al teatro, retrasando todo el show y haciendo que la espera se prolongara más allá de lo previsto, generando impaciencia entre los asistentes. «Que salga asking, la puta que lo parió» cantaba la gente cuando finalmente, a las 21:48 hrs se abrió el telón y ahí estaban James Cassells, Sam Bettley, Cameron Liddell y el sesionista Paul Bartolome, que los acompaña como segundo guitarrista durante las giras.

De fondo sonaba el intro de “Closure”, primer tema de la noche, y a partir de allí comenzó la locura. El último en aparecer sobre el escenario fue Danny Worsnop y para ese momento ya los gritos desaforados eran tan fuertes que no se podía escuchar del todo a la banda. Fue el mejor recibimiento para los británicos, con todo el campo saltando al ritmo de “Closure”, tema que vuelve a ser parte sus shows tras no haber sido tocado en vivo desde el 2016.

Al igual que pasó con los artistas soporte, el sonido de AA no estuvo bien al inicio, sin embargo para el segundo y tercer tema, “Alone Again” y “Bad Blood”, respectivamente, ya la mezcla había mejorado considerablemente y podíamos escuchar a Danny de forma más nítida. Las siguientes en el orden fueron «Down To Hell» e «Into the Fire», con las que la audiencia se mantuvo en un frenesí de gritos y saltos al ritmo de la música, y es que el público, compuesto por una notable cantidad de asistentes femeninas y en su mayoría jóvenes, se mostraba efusivo y participativo, cantando los temas y expresando su entusiasmo entre canciones. La interacción entre la banda y el público fue constante, con Danny animando a la audiencia a participar en pogos o «walls of death» y los fans coreando el clásico «olé, olé, asking, asking».

Hubo momentos, como en «Where did it Go?», donde se nos volvió a perder la voz de Wosnop en la mezcla. En las partes del tema donde Danny canta bajo (casi susurrado), su voz no se escuchaba, sino solo cuando gritaba. De todos modos, a pesar de todos estos detalles de sonido -los cuales afortunadamente se fueron ajustando gradualmente- la energía en el escenario era palpable, con cada uno de los muchachos siendo protagonistas y cautivando a sus fans con cada gesto y cada movimiento.

Por supuesto, ASKING ALEXANDRIA no podía dejar de presentar algunos temas de su último disco, Where Do We Go from Here? (2023), así que pudimos escuchar “Dark Void”, “Psycho” y «Let Go», además del ya mencionado «Bad Blood».

Una vez finalizado “The Violence”, la banda se retiró del escenario y dejó solo a Danny, quien armado con su guitarra acústica procedió a cantar “Someone, Somewhere” en formato acústico. El público lo acompañó cantando fuerte, sin embargo Worsnop tuvo que parar el tema porque estaban cantando la estrofa errada, así que entre risas los corrigió y retomó la canción, aclarando sonriente: «Esto es en vivo amigos».

Acto seguido, llegó el momento de “Moving On”, la cual inició también en formato acústico, pero inmediatamente aparecieron los demás para unirse a Worsnop y arrancar el tema con todo el poder que lo caracteriza, ante el constante acompañamiento de un fantástico público que cada vez que cantaba hacía retumbar el teatro y que, en su mayoría, se mantuvo saltando todo el show.

Sin demasiadas pausas entre canciones ni largas charlas, la banda se mantuvo interpretando un tema tras otro dando la sensación de que el tiempo apremiaba. Fue así como rápidamente llegamos a la recta final del show, donde pudimos escuchar “To The Stage”, seguido de “A Prophecy” y la siempre esperada “The Final Episode (Let’s Change the Channel)”, donde todo Flores retumbó con el coro: “Oh My God”.

Tras una breve despedida, la banda regresó al escenario para presentar a cada uno de sus integrantes y tocar «Alone in a Room», el verdadero cierre en el que no quedó nadie sin saltar, brindando así un final emotivo y enérgico a un espectáculo que, a pesar de su brevedad (duró aproximadamente 65 min), se vivió con gran intensidad y entrega, tanto de la banda como de los asistentes, y estamos seguros que una vez más los británicos dejaron una impresión imborrable en sus fans, que en principio se negaban a dispersarse al finalizar el concierto, esperando algún tema más, pero que no dejaron de ovacionar a sus ídolos mientras algunos souvenirs eran lanzados al público por parte de los músicos, como gesto de agradecimiento. Como dicen por ahí, de lo bueno poco.

Frank Hernández