Con un nuevo disco a punto de salir al mercado, la agrupación galesa BULLET FOR MY VALENTINE llegó a la Argentina el pasado 14 de Julio de 2015 de la mano de Stargate Productions. La meta, además de promocionar nuevos temas, era superar su visita del 2011 y así fue. La gira “Raising Hell In South America” incluyó como invitados especiales a los estadounidenses MOTIONLESS IN WHITE, una agrupación que si bien no cuenta con la misma popularidad que Matt y compañía, tiene una considerable base de fanáticos en Latinoamérica.

A juzgar por el poderoso setlist que prepararon los galeses para este tour, el mismo les está sirviendo como preparación para lo que se les viene a partir del 24 de este mes: una gira norteamericana compartida con SLIPKNOT y LAMB OF GOD, además de los mismos MOTIONLESS IN WHITE. No es sencillo abrir un show con headliners de ese calibre, pero la noche del 14 de Julio en Buenos Aires BFMV demostró que tiene fuerza con qué levantar al público que sea. Podemos asegurar que serán una grata sorpresa para muchos de esos fanáticos de LOG y SLIPKNOT que desmeritan la calidad de la banda por acusarlos de ser muy “pop”.

Pero vamos a lo que nos interesa. El show de Bullet y Motionless en Buenos Aires incluyó además a un par de bandas argentinas que se encargaron de calentar al público mientras esperaba para ver a sus bandas favoritas, público que en gran parte había estado a las afueras del local desde horas del mediodía (algunos incluso desde mucho más temprano), soportando los siete grados centígrados, en promedio, que durante este día enfriaron la capital.

Talento local para calentar los motores

Dentro de Palermo Groove, el club nocturno donde se realizaría el recital, el invierno se iba convirtiendo poco a poco en verano gracias al calor humano de la gran cantidad de jóvenes (y no tan jóvenes) que iban llenando el lugar, y así fue como SANGRE DE ACERO apareció en tarima. Cuatro chicos con apariencias distintas entre sí asumían el reto de encender el ambiente, su enérgico vocalista (con un estilo hardcore) compartía el liderazgo con el carismático baterista (de aspecto más grunge), y entre los dos se encargaron de interactuar con los asistentes. Su guitarrista (vestido un poco gótico) no desaprovechó ni un instante para mostrar sus habilidades, dejando claro sus actitudes de showman, mientras que al otro extremo se podía ver un tranquilo y seguro bajista (de apariencia un poco emo) que generó aplausos cuando le tocó hacer unas líneas en solitario con el bajo.

“Acabo de romper el parche del bombo”, se escuchó al finalizar uno de los temas. Emmanuel le hacía saber a todo Groove que su mala suerte lo perseguía, pero tras un minuto de reparaciones pudo seguir tocando la batería. Se podía notar la felicidad en sus rostros, el público los trató bien y ofrecieron un buen show, a pesar de notarse un poco nerviosos. Luego de 35 minutos SANGRE DE ACERO se despidió, no sin antes pedir a los asistentes que apoyaran el talento nacional y así dieron paso a la segunda banda de la noche: CASHATE.

No hubo casi tiempo de espera entre ambas bandas (nuestras felicitaciones al equipo técnico que trabaja detrás del escenario para que esto sea posible), los “Cashados” se montaron diez minutos luego de que sus predecesores se despidieron y durante 30 minutos derrocharon todo su poder en tarima. “Que lindas niñas hay acá adelante” dijo Eve (guitarrista), la chica de la banda, que de entrada supo ganarse la simpatía de muchos haciendo referencia a las mujeres que se encontraban soportando los empujones en el frente del escenario.

Todavía ingresaba gente al local mientras CASHATE iba calentando el ambiente. Con un estilo que podríamos generalizar como deathcore activaron los pogos de inmediato, al tiempo que Fer, su vocalista, se encargaba de animar constantemente para que no decayera la energía de los asistentes. Muchos de ellos conocían los temas y no dudaron en cantar. Apartando algunos detalles en los coros, ofrecieron un buen espectáculo, quedando demostrada con su actitud en tarima, que son una banda con experiencia. Regalaron discos al público y dieron paso a la primera banda internacional de la noche.

“Qué bueno que se acabó, cada vez falta menos” dice una chica entre los asistentes. “No lo digo por las bandas locales, me parecen zarpadas, pero ya quiero ver a Bullet” me aclara tras haberle preguntado si no le había gustado la agrupación. Es normal que los fanáticos sientan que el tiempo no pasa mientras esperan para ver a sus bandas favoritas, sin embargo está ese otro tipo de fan que se mete al pogo y/o salta con todas y cada una de las agrupaciones que anteceden a la principal, de esta manera se pasa mas rápido el tiempo y se disfruta mas, además, el tiempo no va a pasar más rápido si hubieran menos bandas previas. Así lo entienden muchos de los asistentes, que faltando todavía las dos principales ya han liberado todas sus tensiones en el pogo.

Hora de recibir a la visita

A diferencia de los diez minutos que pasaron entre SDA y CASHATE, tuvimos que esperar 35 minutos para que los primeros internacionales estuvieran listos. La espera se hizo ligeramente llevadera gracias un rodie cuya divertida manera de probar los micrófonos resultó bastante particular, al punto que la multitud comenzó a sentir simpatía con él. “Check, Check, Check, Check” le gritaba la gente al rubio cuya función era dejar todo listo para MIW, todavía no sabemos si él notó que lo que la gente decía era con él.

Chris Cerulli

20:50 hrs, se apagan las luces y comienzan los gritos. Aunque la mayoría de los que abarrotaron la localidad vinieron a ver a BFMV, la cantidad de fans que grita por los estadounidenses es abrumadora. MOTIONLESS IN WHITE ya estuvo en Argentina una vez, tienen suficientes fans acá y Chris Cerulli, su vocalista, se encargó de recordarlo apenas tuvo su primera intervención con el público, a la vez que mencionó lo especial que era estar por segunda vez en Buenos Aires. Chris apareció en el escenario ondeando una bandera de Argentina identificada con los detalles del club de fans que tiene la banda en el país mientras sonaba el intro de “Brake The Cycle”. Seguidamente sonó la popular “Reincarnate” y la locura se desató entre coros, gritos y demás.

El estilo de MIW es difícil de definir, pero sabemos que fusionan el metal gótico con el industrial y el metalcore, todos fácilmente identificables en cada uno de los temas que interpretaron durante los 45 minutos que duró su recital, show en el que “America” y “Devil’s Night”, junto a los dos temas antes mencionados, fueron de los más coreados. “Say Fuck” dijo Chris en una de sus interacciones, a lo que el público contestó “Fuck, Fuck, Fuck”, esa sería la previa de otro de sus populares temas y de inmediato comenzó a sonar “Generation Lost”.

Un bajista (Devin Sola) con una máscara al mejor estilo SLIPKNOT, un guitarrista (Ricky Olson) impecablemente vestido de traje, un baterista (Vinny Mauro) ataviado con la camiseta de la selección argentina de basket, un tecladista (Josh Balz) con capucha de monje, y el aspecto gótico que comparten el guitarrista líder (Ryan Sitkowski) y su vocalista Chris Cerulli, hacen de MOTIONLESS IN WHITE una banda multifacética, algo que se puede notar en su música, además de su imagen. “Estoy seguro que todos aquí conocerán esta canción, incluso aunque no hablen alemán”, dijo Cerulli antes de que interpretaran un cover del tema “Du Hast” de los alemanes RAMMSTEIN. Sin duda el tema que más animó a los presentes, ya que hasta quienes recién conocían a MIW se unieron en un solo coro para cantar en alemán y saltar al ritmo.

Tras una impecable ejecución de cada uno de sus temas, los “inmóviles” se despidieron de su público argentino. Lo que para algunos fue muy poco tiempo, para otros era más que suficiente pues, no veían la hora de recibir a los protagonistas de la noche: BULLET FOR MY VALENTINE.

Hágase el caos en Buenos Aires

Matt Tuck

Treinta minutos exactos tocó esperar para que diera inicio el show de los headliners de esta gira que podríamos traducir como “Creando el caos en Sudamérica”. El nuevo rodie no entretuvo a los asistentes y la espera se hizo más larga, pero finalmente llegó la hora. Eran las 22:05 hrs cuando la tarima comenzó a llenarse de humo artificial, y conforme sonaba la grabación de “V”, fueron apareciendo uno a uno Matthew Tuck, Michael Paget, Michael Thomas y el recién ingresado Jamie Mathias. Los gritos y aplausos hacían retumbar el colmado local, y apenas se dejaron escuchar las primeras notas de “No Way Out” comenzó la euforia colectiva.

Fueron pocos los momentos “suaves” esa noche, la seguidilla de temas no daba descanso a unos fanáticos que no dejaron de saltar y hacer pogos, a la vez que coreaban cada una de las canciones. La mayoría de ellos habían estado haciendo fila en la entrada durante horas, pero eso no impidió que descargaran todas las energías remanentes durante la hora y media que duró el recital de los galeses. Uno de los pocos momentos en los que la banda se permitió un respiro, fue durante el intro de “The Last Fight”, tema en el que apareció únicamente Matt en tarima y comenzó a tocarlo acústico. Luego del primer coro entró el resto de la banda para finalizar el tema tal y como lo conocemos.

Michael Paget

Algunos inconvenientes de sonido impedían que la voz se escuchara con nitidez, sobre todo en los momentos climax de cada tema, donde la distorsión y el volumen de la música aumentaba. Lamentablemente fue un fallo que se mantuvo durante todo el show, pero a pesar de ello la calidad vocal de Matt se pudo notar, algo que había quedado en deuda la última vez que visitaron el continente ya que en aquella gira el vocalista se encontraba con molestias y en algunos casos – como por ejemplo el show en Venezuela con el que cerraron aquella gira – no pudo cantar en lo absoluto, teniendo que ser reemplazado por uno de sus técnicos vocales.

“Ven ese tipo que está ahí, lo está grabando todo porque vamos a hacer un video nuevo”, dijo Matt refiriéndose a un camarógrafo que durante todo el show estuvo caminando entre los músicos. El comentario vino acompañado de la presentación del tema sorpresa de la noche: “Army Of Noise”, un track rápido, perteneciente a su nuevo disco y que fue estrenado a través de sus redes sociales al día siguiente del recital. El público se tomó en serio su papel en el video y fue tanta la energía que el camarógrafo comentó en su Facebook al día siguiente que las escenas grabadas en Buenos Aires habían sido las mejores hasta ahora.

Durante varios minutos la tarima quedó únicamente para “Padge”, el guitarrista líder de la banda, quien interpretó un solo que serviría de preámbulo para el enérgico “Waking The Demon”. Las expectativas musicales estaban también sobre Jamie, el nuevo bajista, quien está de gira por primera vez con BFMV y vino a reemplazar al apreciado “Jay”, que renunció a la banda a principios de este año. Podemos decir que hizo un trabajo excelente, no solo con el bajo sino con las voces ya que más que un corista es un segundo vocalista y además muestra una gran actitud en el escenario.

Michael “Moose” Thomas

Luego de interpretar “The End” la banda se despidió, pero volvió para tocar su más reciente sencillo “You Want A Battle? (Here’s A War)” y cerrar el show con “Tears Don’t Fall”. Eran las 23:25 cuando “Moose” se bajó de la batería y se dirigió al frente para saludar a los fans y tomarse la foto grupal delante de la audiencia. Un show con el que la banda nos demostró el resultado de un trabajo duro durante todos estos años, alcanzando un nivel de ejecución cada vez mejor y dejando claro el por qué bandas reconocidas del mundo del metal los han invitado a girar con ellos y han formado parte de importantes festivales en todo el mundo. BULLET FOR MY VALENTINE quiere aclarar con sus directos que no es una banda “de moda” y planea hacerse de un lugar en la historia del rock.

[custom_author=Frank]