Con la epicidad como bandera: EPICA hizo historia en Argentina #Reseña

Cuando EPICA anunció que regresaría a Sudamérica en 2020, los fans en Argentina se entristecieron un poco. ¿Por qué? Pues, si bien acababan de venir en 2019, esperaban poder verlos nuevamente y aquel tour solo incluía Chile, Ecuador y Perú. En realidad se trataba de la segunda parte del mismo tour con el que visitaron Buenos Aires, el cual no pudo pasar por Chile debido a la situación que atravesaba el país con las protestas sociales. La banda planeaba regresar al sur y seguir celebrando el aniversario de ese discazo que es Design Your Universe, pero la pandemia del coronavirus volvió a suspenderles todo.

Para cuando finalmente se pudo reprogramar esa visita, ya el grupo había publicado un disco nuevo, el espectacular Omega, que vio la luz en 2021 y por lo tanto la temática del tour cambió. Ya no venían a celebrar Design Your Universe, pero tampoco con la temática de Omega, sino a reunirse con sus fieles fans tras dos años de pandemia en una gira llamada “An Evening With EPICA”, donde aprovecharían para presentarnos lo mejor de su repertorio, incluyendo, por supuesto, su nuevo disco. La mejor noticia fue que en esta ocasión la gira incluyó también a Argentina y Brasil, así que, tres años después, tuvimos de regreso a los neerlandeses insignes del metal sinfónico en un Teatro Flores completamente lleno y esto fue lo que pasó:

La velada prometía mucho metal sinfónico, mucha “ópera” y muchas voces femeninas, y así fue. OSIRIS fue la encargada de abrir la noche y calentar el escenario mientras el público iba llegando. La banda argentina que fusiona power metal con sinfónico se adueñó del escenario y para cuando finalizó ya habían cautivado a una gran cantidad de asistentes que decidieron llegar temprano al Teatro Flores. Entre aplausos le dieron paso a ABRASANTIA, la segunda banda soporte y que tenía el reto de mantener encendida esa llama.

Con dos mujeres al frente como vocalistas, el grupo santafesino sorprendió a todos los presentes gracias al talento vocal de ambas. A fuerza de canciones compuestas en el metal sinfónico más efectivo, ABRASANTIA generó fuertes aplausos desde el propio primer tema, con Giovi Nicola llevándose las ovaciones gracias a su canto lírico y Caro Schall destacando en los guturales y la actitud sobre tarima, haciéndonos sentir por momentos que estábamos ante una versión criolla de Tarja y Alissa White Gluz. Con letras en inglés y en español, la banda supo ganarse a la audiencia -que para este momento ya colmaba el Teatro Flores- y con cada tema ganaban más fans. Sin duda, una gran presentación para una muy buena banda.

A las 21 hs, como estaba prometido, se apagaron las luces y salieron, uno por uno, los miembros de la banda que todos fueron a ver. “Abyss of Time – Countdown to Singularity”, del nuevo disco, fue el tema elegido por EPICA para abrir y mientras afuera el clima estaba fresco, el teatro ya se había convertido en un hervidero cuya temperatura iría siempre en aumento conforme avanzaba el show. “Epica, epica” coreaba la gente desde el inicio y en cada pausa, entre saltos y excitación, algo que el grupo notó y remarcó en varias oportunidades. “Ustedes son el público más salvaje del mundo” dijo Mark Jansen, mientras Simone Simons confesó lo mucho que extrañaba estar aquí y preguntó si estábamos bien, porque hacía mucho calor.

Aunque la gira no se vendió como el “Omega Tour”, era de esperar que el show se concentrara en su nuevo disco, por lo que pudimos disfrutar cinco canciones de Omega, la más reciente producción de la banda: Además de la ya mencionada “Abyss of Time – Countdown to Singularity”, también sonaron la fenomental “Code of Life”, el increíble “Kingdom of Heaven Part 3 – The Antediluvian Universe”, la emotiva “Rivers” (en la que pudimos ver la mejor versión de Simone) y la poderosa “The Skeleton Key”.

“Estuvimos viendo el setlist de hace 3 años y tratamos de meter esta vez algunos temas que no tocamos antes” dijo Mark, guitarrista y fundador de la banda, antes de presentar “The Obsessive Devotion”, mientras que Simons insistía en que si teníamos sed le avisemos que ella nos daría agua, preocupada siempre por sus fans y el calor que se sentía en un teatro a máxima capacidad, algo que por primera vez consigue la banda de los países bajos en Argentina.

Luego de la siempre esperada e imponente “Design Your Universe” se retiraron del escenario, pero aunque ya había pasado casi una hora y media, el público sabía que aún había más, por lo que todo el teatro quedó coreando el nombre de la banda y aplaudiendo para apurar su regreso. Ese fue el momento en el que Coen Janssen, el carismático y extrovertido tecladista, aprovechó para reencontrarse con sus fans, que le cantaron el clásico “pelaaado, pelaaado”. “Gracias, me afeite especialmente para ustedes” dijo Coen, en alusión a su calvicie y en referencia a su anterior visita, ya que aquella vez no entendía que le decían y cuando entendió, hasta improvisaron una canción al ritmo del cántico. Esta vez “el pelado” ya vino preparado y no se iba a ir sin que el público le rindiera honor a su “peinado”.

“Cry For The Moon” fue el momento que tuvo el público para brillar. Si bien ya se había hecho notar durante todo el show, el intro de este himno infaltable fue el punto alto de la noche con el teatro en pleno coreando y Simmons dejándole el micrófono a los fans para que cantaran. Un clásico inoxidable donde toda la banda se luce y que siempre vale la pena volver a escuchar.

EPICA contó con muy buen sonido en general, y a nivel de show no hay nada que reclamar. Se nota la experiencia y el dominio que tienen todos sobre el escenario, no solo por cómo se mueven y se cambian de lugares casi con los ojos cerrados, sino por como se comunican con su público y generan esa constante interacción que va desde invitarnos a saltar y cantar, hasta dirigir un “wall of death” y regalarnos postales épicas con poses y headbangin. Sus rostros alegres y sonrientes nos contagiaban de felicidad y nos hacían saber cuán contentos estaban de estar aquí. Era inevitable saltar con ellos en temas como “Beyond The Matrix” o, al menos, mover la cabeza. Ni hablar de quienes se entregaron de lleno a la emoción en el pogo y hacia el final -luego del wall of death en “Consign To Oblivion”– crearon un circle pit descomunal.

Si bien la fusión y contraste de voces que logran el talentoso Mark y la virtuosa Simone son lo que hace de cada uno de sus temas una pieza única y memorable, en vivo podemos comprobar además que la calidad de ejecución de la banda es cada vez más impresionante, haciendo que los fragmentos instrumentales sean igual de poderosos que los que cuentan con la inigualable voz de Simmons, quien como de costumbre, tuvo una noche fenomenal.

Luego de sumergirnos en un viaje sonoro épico y magistral, a lo largo de un set que duró casi dos horas exactas, llegó el momento de decir adiós. Simone, Mark, Coen, Rob, Isaac y Arien se tomaron el tiempo de saludar a lo largo y ancho del escenario, regalar souvenirs, bailar y sobre todo sonreir, como quien no se quiere ir y desea extender ese momento para siempre. Sin duda la banda estaba feliz por volver y a nosotros nos alegra que les alegre, porque siempre vamos a esperar su regreso, soñando con que cada vez sea más y más el público que quiera ir a verlos, después de todo, este martes lograron un sold-out y hace mucho que merecían ese reconocimiento en suelo argentino. En vivo siguen demostrando que son una de las bandas más sólidas del género y estamos seguros que si continúan creando discos de la talla de sus últimas producciones, esa masividad tarde o temprano va a llegar.

Frank Hernández