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Cosechando la siembra: L7 debutó con contundencia en Buenos Aires #Reseña

Parece increíble, pero esta era la primera vez de L7 en Argentina, luego de 35 años de carrera. Incluso habiendo visitado la región en los 90 o más recientemente en 2018. Lo cierto es que en lo que respecta a bandas de rock integradas o lideradas por mujeres, tenemos una gran deuda.  Garbage nos esquivó durante todos los 90 y 2000. De Hole ni noticias. Ni hablar de grupos más de culto como Sleater Kinney, Babes in Toyland, Skunk Anansie y un largo etc… Hasta solistas legendarias como Patti Smith o PJ Harvey se hicieron esperar. No es para menos; la respuesta que el público argentino ha tenido con artistas como Calamity Jane o Meredith Brooks entra en las páginas más oscuras del supuesto “mejor público del mundo”. Pero finalmente ocurrió, L7 debutó en Argentina y allí estuvimos para ser testigos de la historia.

La noche comenzó con el cuarteto de El Club Audiovisual, con su mezcla de indie y shoegaze que sonó realmente compacto. Luego estuvo el condimento especial de Guachass, la banda uruguaya que volvió a tocar en el país luego de diez años y un parate en el medio. Básicamente el cuarteto retomó donde había dejado, siguiendo la línea de sus últimos singles; “Lo Sé” y “Afuera”. Cerraron su set con “Montevideo”, su oda de amor/odio a su ciudad natal.

Pasadas las 21 salió L7 con su formación clásica. Uno de los aspectos positivos que llaman la atención desde el comienzo es la cantidad de público realmente joven. Si, L7 es una banda importante de la década de los 90, pionera en muchos aspectos. Incluso más allá de lo musical. Pero como a veces sucede con los que llegan primero, son otros los que se llevan la gloria. El cuarteto de Los Angeles siempre fue disruptivo, incluso para la época, desde lo musical hasta su posición política liderando la campaña por la legalización del aborto, lo que a la larga terminó jugándole en contra. Por lo menos en términos comerciales. Con el tiempo su lugar en los grandes medios fue disminuyendo y su regreso no se trasladó en giras lucrativas. Hoy son una banda de culto, por lo que la renovación de público es llamativa, pero siempre bien aceptada. Para profundizar en esto recomendamos ver su documental “Pretend We´re Dead”.

“Deathwish” da la patada inicial del concierto. De entrada el cuarteto da muestra de su esencia; un hard rock nacido en Los Angeles mezclado con el punk más sucio. Eso es L7 en vivo. Eso hace que el sonido no sea el óptimo durante todo el show. Es raro decirlo pero quizás si la banda sonara bien, se perdería algo. Sea como sea que se escuche, el público se da el gusto de celebrar una banda que fue una cuenta pendiente durante años o la gema recién descubierta. Canciones como “Slide”, “Shove”“Everglade” tienen a todo el mundo saltando y volando por el aire. La actitud del grupo hace pensar que deberían haber sido un grupo ideal para verlas en Cemento en 1993. Qué oportunidad perdida.

Donita Sparks, Suzi Gardner y Jennifer Finch se dividen la tarea a la hora de cantar, y si bien Sparks es la líder tácita, el público hace notar su amor por la banda entera. La respuesta del público despierta una genuina felicidad en las músicas, no solo por la intensidad, sino porque el local se encuentra realmente lleno. Si a eso le sumamos la locura que desatan canciones como “Fuel My Fire” o “Pretend We´re Dead”, el disfrute es total.

El repertorio se reparte equitativamente entre todos los discos, incluso el último, “Scatter The Rats”, de 2019. Pero hay uno que sobresale. “Bricks Are Heavy” es el clásico indiscutido del grupo y un disco clave de los 90 que el año anterior cumplió 30 años y la banda salió de gira interpretándolo de forma íntegra. Si bien este show no se anunció como tal, claramente la gira que las trae a Sudamérica era una coda de eso por lo que ese trabajo termina sonando casi de forma íntegra.

El clásico “Fast and Frightening” cierra la noche. Claramente los días de caos quedaron atrás. Hoy L7 es una banda veterana que intenta mostrar sus canciones de la forma más coherente posible, sin ser una parodia de ellas mismas. Y lo logran. Es difícil pensar el rock, sin distinción de sexo, sin las puertas que abrió L7. Miles de batallas que han golpeado al grupo, pero ellas siempre se han levantado. Mientras sigan pudiendo tener una guitarra en la mano, ellas seguirán batallando.

Facundo Llano
Colaborador en Rocktambulos
Música, comida y libros, el resto está de más.
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Todas las fotos fueron tomadas por Fede Gonzalez (xfeedee) para Noiseground / Todos los derechos pertenecen a su autor

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