GHOST en Argentina: Una consagración del más allá #Reseña

Pasó mucha agua bajo el puente desde el debut de GHOST en tierras argentinas, junto a IRON MAIDEN Y SLAYER en 2013, cuando detrás de las máscaras sólo había misterio y reminiscencias al Hard Rock y Heavy Metal de los 70’s. El mismo Tobias Forge hizo mención de aquel lejano debut anoche, durante el que sin dudas fue el show más importante que ha dado la banda sueca en Argentina. Y si bien el grupo volvió a presentarse en Buenos Aires en otras ocasiones, esta vez la apuesta fue por el show, en términos literales. El GHOST de ahora invierte en un despliegue visual y una escenografía que nos recuerda a grandes representantes de esa tradición, como ALICE COOPER, KISS, MM o RAMMSTEIN por nombrar algunos. De no comprender que todo lo acontecido el domingo 24 de septiembre sobre el escenario del Movistar Arena de Buenos Aires fue una puesta en escena, entonces estaremos muy lejos de entender a GHOST.

La acción comenzó temprano, y mientras hordas de fans iban llenando el recinto, POSEIDÓTICA daba un brillante set donde se destacaron los temas “Cyberpunk” y “El Dilema del Origen” por un sonido, sencillamente, perfecto, que permitió apreciar la impronta Stoner Rock del grupo y seguramente les habrá dado algunos nuevos seguidores. Para cuando su show terminó, a las 20:30 hs en punto, las huestes metálicas, rockeras y de diversos gustos, de rango etario que iba desde preadolescentes hasta más de sesenta años, habían llenado el estadio y clamaban por sus majestades satánicas 2.0.

Imponente escenario, impaciente -aunque puntual- prueba de sonido y, finalmente, luego de que “Imperium” finalizara anunciando el comienzo del ritual, los nameless ghouls coparon la tarima para comenzar con un estruendo a prueba de pacientes cardíacos, y la saltarina “Kaisarion” presentó al Cardinal Copia, ahora Papa Emeritus IV – o Tobias Forge en voz – que, al salir, provocó una euforia como si fuera Francisco ante sus feligreses, pero con más sex appeal.

Los discos Prequelle (2018) e Impera (2022), este último en los primeros lugares de nuestra lista de mejores discos de ese año, fueron un antes y un después en la banda. Fue allí donde se provocó un giro más easy listening y se apostó por el show, lo cual no está nada mal, y cabe destacar, les sale a la perfección. Ante el envejecimiento o el fin de la carrera de antiguos “popes” hace falta una renovación: GHOST es parte de esa refrescante ola. Porque no es que la atracción pase únicamente por Forge – que lanzó un “cabrón” (¿?) en medio de“Faith” y lanzó besos a sus fans -, sino que cada ghoul tiene su momento y, de no tenerlo, cumplen una labor que igual invita a observar qué están haciendo.

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Desde ya, el sonido fue perfecto y el setlist bastante variado, no hay absolutamente nada que reprochar. La polémica, en todo caso, siempre estuvo en que Tobias Forge solía usar pistas para cantar en vivo pero, por esa misma razón, advertí que esto debía comprenderse en clave de show. Por otra parte, el Papa ahora está rodeado de una verdadera orquesta, es decir, lo acompañan 7 músicos, entre los que hay una corista y además, gran parte de los ghouls hacen coros durante todo el show por lo que podríamos inferir que -salvo algunos temas obvios como “Year Zero”- lo que escuchamos es completamente en vivo.

Las interacciones no fueron pocas. En varias ocasiones Papa Emeritus IV tuvo la conciencia suficiente para advertir al público de que no se aprieten demasiado en el campo: “algunos de ustedes son grandes y fuertes, otros no, así que sean buenos y cuidense unos a los otros”. Apartando los típicos empujones que ocurren en el sector campo de cualquier show de rock, esta vez eran muchos los fans que, entre llantos, intentaban acercarse al rockstar, perdiendo el maquillaje en el camino. Y en este punto sea quizás donde más se note la renovación que implica GHOST: un público inocente y primerizo, musicalmente hablando, al menos en algunos seguidores. Por ejemplo, la obviedad de que habrá bises no lo es tanto cuando estás asistiendo a tu primer show, y se notó con un desesperado “una más y no jodemos más” apenas la banda se atrevió a dejar el escenario, que para subir la apuesta, fue seguido de “no nos vamos nada, que nos saquen a patadas”. Todos pasamos por ahí. Ternura.

No cabe la menor duda de que Tobias Forge es uno de los mejores performers de la actualidad. Con una tranquilidad envidiable cambiaba su indumentaria, interactuaba con el público, bromeaba con la banda, y todo con una meticulosidad que, de salir mal, lo dejaría mal parado, como si su entrada en “Con Clavi Con Dio” fuese a destiempo: la lentitud para crear el clima nos hace creer que el líder de GHOST no llegará a tiempo al micrófono pero, efectivamente, lo logra. El fuego que te hacía sentir el calor en “Year Zero”, el confetti volando por todo el lugar, la resurrección de Papa Nihil para una brillante performance de saxofón, o los “papadólares” lloviendo en “Mummy Dust” son detalles que hacen enorme a este grupo. “No tienen ningún valor, no se peleen por eso” aclaraba Forge a sus fans ante el desepero de éstos por tomar el curioso souvenir.

Con un Arena que cantaba a grito pelado y saltaba en “Square Hammer”, GHOST finalizó un nuevo show en Argentina, pero no cualquier show, sino el más grande de su historia en el país. No cabe dudas que estuvimos ante la consagración argentina del grupo, con un espectáculo del cual no hay nada que reprochar y es lo más cerca de la perfección que se puede estar. Particularmente me mantengo escéptico respecto a sus ediciones discográficas, las cuales hace un tiempo dejaron de impresionarme, pero su puesta en escena va in crescendo, por lo que sus shows son algo más que necesario para el Rock en general.

Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.

Todas las fotos fueron tomadas por Gallo Blugermann y son cortesía de Move Concerts

Facundo Guadagno

Antropólogo. Politólogo. Escritor.