La tercera es la vencida: IN FLAMES brindó su show más sólido en Argentina #Reseña

El Centro Cultural Arena Sur, ubicado al sur de la Ciudad de Buenos Aires, no es un lugar nuevo, pero es poco habitual a la hora de realizar shows. Quizás la mayoría del público, al no estar familiarizados con la zona, se acercó temprano para llegar tranquilo y de paso agotar el merchandising oficial de IN FLAMES, que para las 20:00hs ya se encontraba sin stock. Gracias a esto, IN ELEMENT y MADBRAIN, las dos bandas invitadas, realizaron sus respectivos sets ante una buena cantidad de gente y con buen recibimiento.

En el caso de los ecuatorianos MADBRAIN, el recibimiento fue mucho más que notorio, con un público que no solo se animó a brindarles merecidos aplausos y gritos sino que hicieron un gran pogo al final de su show, con el propio Washo Orellana, vocalista, en el centro. El carismático frontman se bajó del escenario para invitar a los asistentes a formar un gran wall of death, y el grupo se despidió por todo lo alto, ganando nuevos fanáticos en una noche que seguramente recordarán por siempre. El escenario quedó en llamas, haciendo honor a los protagonistas de la noche.

Por encima de todo: IN FLAMES en Buenos Aires

Si bien la banda ya acusa más de treinta años, no fueron muchas las visitas de los suecos al país; el debut en 2008, con un Anders Fridén complicado de la garganta, y otra en 2017, con una polémica lista de temas, nos hacían sentir que nunca habíamos disfrutado a IN FLAMES en toda su gloria. La tercera tenía que ser la vencida.

Ni bien se dan las 21:00hs, sale el quinteto con “The Great Deceiver” de su último disco, “Foregone” (2023). La respuesta positiva por parte del público es inmediata; sin duda había muchas ganas de volver a escuchar a IN FLAMES haciendo lo mejor que hace. Recordemos que durante los 90, los suecos fueron parte, junto a AT THE GATES y DARK TRANQUILITY, de la creación del llamado “Death Metal Melódico”. Pero llegó un momento en la historia del grupo, más claramente en el disco “Reroute To Remain” (2002), donde eso no era suficiente y decidieron meterse en otros terrenos, a veces más experimentales, pero mayormente más comerciales. Eso les dio mayor visibilidad y consecuentemente, mayor convocatoria, pero dejó a muchos fans de la vieja escuela enojados. Tuvieron que pasar más de veinte años para que un disco como “Foregone” recupere algo del viejo espíritu de la banda.

La segunda canción del show sería “Pinball Map” con absolutamente todo el lugar cantando. Sin duda algo que distingue a IN FLAMES de otros contemporáneos es su habilidad de crear hits. Pero algo no está del todo bien; la voz Anders se escucha particularmente baja. Ya nos hemos acostumbrado, lamentablemente, a que los shows, especialmente los de Heavy Metal, no se escuchen bien. Hoy podemos decir que la banda tiene un buen audio, para los standards de siempre, pero la cuestión de la voz es algo que no se arreglaría del todo. La gente se lo hace saber al cantante que responde con que le digan al sonidista. Hay momentos, como en el clásico “Only For The Weak”, donde todo se acomoda y por suerte se puede disfrutar uno de los temas más importantes, pero el resto del show iría variando canción a canción.

Con el cambio de sonido que tuvieron estos últimos veinte años, las listas para los shows tendían a concentrarse en el material más reciente, relegando un poco el periodo clásico. Es lo que había pasado en su show anterior en el Teatro Vorterix. Está vez el grupo opta por una lista más balanceada, recorriendo casi todos sus álbumes. De los discos de su época moderna, la banda elige los pasajes más fuertes: “I Am above”, “Everything´s Gone” o “The Mirror´s Truth”, por ejemplo. Mientras que del periodo clásico priorizan las perlas por sobre los hits.

De Whoracle (1997) eligen “The Hive” por sobre himnos como “Jotun” o “Episode 666”. De Colony (1999), tocan “Ordinary Story” en vez “Embody The Invisible”, por ejemplo. De The Jester Race (1995) la elegida es “Graveland” por sobre “Moonshield”. Se entiende el concepto; la banda complace a los fans más nuevos, quizás más familiarizados con sus discos recientes, y le hace un guiño a sus fans más viejos y exigentes que siempre quieren algo distinto. Para balancear, aparecen canciones como “Behind Space” o “Cloud Connected” que dejan contentos a todos.

La banda es sólida en vivo, pero la sensación de estar viendo el proyecto de Fridén y el guitarrista Björn Gelotte más tres sesionistas no se va nunca. Obviamente hoy el grupo tiene un status donde los músicos que los acompañan son de primera A; Chris Broderick en guitarra (Megadeth), Liam Wilson en bajo (The Dillinger Escape Plan) y Tanner Wayne en batería (Chiodos). Cada uno impecable en lo suyo y al servicio de la canción, pero se nota quien manda acá.

“Take This Life” marca el fin como siempre. Más allá de las cuestiones de sonido comentadas y de que se trató de una puesta en escena bastante humilde (en comparación con la escenografía que vienen presentando en otros países) es posible decir que finalmente vimos el show de IN FLAMES que siempre quisimos. Hoy la banda se encuentra un escalón más arriba de la convocatoria que tienen en Argentina, llenando arenas y siendo headliners de los festivales más importantes del mundo, por lo que haberlos visto en este momento, es un lujo. La banda tiene todos los condimentos para que el público local pueda acompañar ese crecimiento, pero es necesario visitas menos esporádicas y shows como el de esta noche. Esperemos que la próxima no tarde tanto y que los detalles técnicos les favorezcan.

Facundo Llano