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MARILLION en el Gran Rex de Buenos Aires: La buena vibra que supera todos los males #Cronica

Decir que MARILLION viene a sudamérica pone en alerta a los grandes amantes del género progresivo más clásico, y aunque se han convertido en asiduos visitantes de la Argentina, cada vez que vienen es especial, sobretodo cuando el escenario juega a favor, como es caso del Gran Rex, prometiendo un show de primer nivel (no porque MARILLION no pueda dar un show de altura en otro lugar sino porque pocos venues tienen la acústica y la mágia que tiene el Teatro Gran Rex de Buenos Aires). Con el teatro casi lleno y algunos retrasados todavía ingresando, se apagaron las luces. Como suele ocurrir en este tipo de shows, no hubo banda soporte, desde temprano el escenario estaba adornado con la indumentaria de los protagonistas. Eran las 21:15 cuando aparecieron Steve Rothery, Pete Trewavas, Mark Kelly e Ian Mosley. Comenzaban a sonar las notas de “Invisible Man” y detrás de ellos una gran pantalla mostraba a Steve Hogarth, con lentes y elegantemente vestido para la ocasión, quien comenzó a cantar en la distancia mientras el resto de los músicos tocaban en tarima, en una especie de vídeo-llamada.

Sin que el tema terminara apareció Hogarth en persona, con el mismo look que tenía en la pantalla y guitarra en mano, provocando los aplausos de su público. A partir de ahí todo fue un compendio artístico de la mano del talentoso Steve, quien -además de derrochar talento musical- desde el inicio comenzó con su actuación teatral, dramatizando cada palabra y cada oración como ya nos tiene acostumbrados.

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Un solo tema tuvo que pasar para que Hogarth dejara de lado la elegancia y comenzara a ser él, apenas términó “Invisible Man” salió corriendo a backstage mientras se quitaba la corbata en el camino. Para cuando volvió al escenario para interpretar “You’re Gone” tenía el saco a medio quitar y sus lentes ya no estaban más. Conforme avanzó el show el legendario vocalista se fue tornando mas informal, para comodidad propia y deleite del público.

Un teclado adornado con rosas rojas yacía en el centro del escenario, esperando para ser tocado mientras Hogarth permanecía frente al escenario, caminando de un lado a otro o detrás de su paral adornado con colores y donde a su vez sostenía sus habituales maracas y panderetas.  Anunciaron un tema de su último disco y comenzó a sonar “Power”, pieza que se convirtió en un clásico de la banda y que forma parte de uno de los mejores álbumes que han editado los británicos pero el momento más emotivo vendría a continuación. Fue para interpretar “Three Minute Boy” que Hogarth se sentó por primera vez frente a las teclas y aunque la impecable ejecución mantenía a todos hipnotizados, el momento tuvo unos protagonistas indeseados que por ratos se robaban la atención del público: técnicos y roadies. Durante todo lo que duró esta canción y parte de “Cover My Eyes“, un grupo de hombres (3 o 4) se esforzaban por reparar los inconvenientes que presentaba el teclado. Ellos trabajaban mientras la banda tocaba como si nada, pero el problema parecía no resolverse y la situación se agravaría mas adelante.

MarillionBsAs04Idos los distractores, Steve prosiguió con el show y presentó “Sugar Mice” como un tema que trata acerca de estar lejos de casa, extrañar a su gente y sentir pena por eso. La ejecución de esta legendaria pieza provocó la ovasion de los presentes, al igual que ocurrió con clásicos como “Easter” y “Kayleigh“, coreados por la mayoría. En varias ocasiones Steve caminó por el borde del escenario y saludó a su público mientras cantaba, algunos de estos aprovecharon para darle regalos como por ejemplo una camiseta de la selección argentina que le entregó una chica en primera fila (a quien Steve agradeció besándole la mano) o un CD que le entregó un asistente en sus propias manos, seguramente de su banda (buena forma de aprovechar el momento). Todo parecía ir perfectamente pero los problemas técnicos volverían con mayor fuerza. El carismático líder tomó su guitarra para tocar “Afraid Of Sunlight” pero esta nunca se escuchó, y aunque el show prosiguió con uno de los técnicos en medio del escenario tratando de resolver el tema, para cuando comenzó a sonar “King” ya el asunto era insostenible. “Estamos teniendo algunos problemas técnicos, disculpen, volveremos en unos minutos” dijo un sonriente Hogarth, que nunca perdió la tranquilidad y mantuvo la mejor actitud de todas. “Tira la viola” gritaban algunos asistentes mientras Steve se tornaba impaciente con el tema de su guitarra y antes de irse a esa especie de encore obligado, a modo gracioso le hizo caso a sus fans, por lo que arrojó el amplificador al suelo y generó los aplausos de muchos.

Muchos se levantaron y aprovecharon para salir de la sala pero el regreso fue rápido. Pasaron apenas dos minutos y volvieron para tocar de nuevo “King” y el problema de sonido volvió, por lo que Steve, en señal de “me rindo, renuncio” le entrego su guitarra a una chica sentada en primera fila, mientras hacía señas de “no toco mas”. Unos segundos mas tarde el sonido se restableció y la banda arrancó con el tema mientras Hogarth le pedía a la chica que le regresara su guitarra. La proyección atrás mientras sonaba el tema iba mostrando vídeos de reconocidos artistas, muchos de ellos fallecidos, del mundo de la música y el cine. Desde Michael Jackson a John Lennon, pasando por Lemmy o Amy Winehouse, Marilyn Monroe, Jimi Hendrix, Dimebag Darrell, Elvis, Robin Williams, Kurt Cobain, Jim Morrison y un sin fin de estrellas le dieron imagen al momento.

MarillionBsAs02Terminó “Lavender” y justo a las 11:11 pm fue el verdadero encore, el planeado. Un Steve ya con remera y mucho mas informal, volvió para tocar “Beautiful” y se bajó del escenario a saludar a una chica en silla de ruedas que se encontraba al fondo del teatro, pero su conexión con el público no terminó ahí. El tema siguiente fue la balada “No One Can“, para esta Hogarth se bajó nuevamente y esta vez caminó por ambos pasillos del teatro, saludando a todo el que encontró a su paso y cantando junto a la gente el conocido tema. Un recuerdo inolvidable para muchos que tuvieron la fortuna de estar ahí y abrazar a su ídolo, con lo que sin duda quedaba perdonado cualquier detalle técnico que pudiera dejarlos mal parados. “The Garden Party” fue el tema encargado de darle fin al show.

En el contexto antropológico, la masiva asistencia estuvo dominada por una mayoría de adultos -como es costumbre en los shows de alguna leyenda del rock progresivo- y cuando sonó “Hook on You” fueron varios los que se animaron a pararse de su silla y ondear lo que tuvieran a mano, mientras los más jóvenes observaban. Muchos de estos señores estaban acompañados de sus hijos o nietos en una escena que si bien es recurrente en los recitales de Buenos Aires, no deja de llamarme la atención y de parecerme ejemplar. Ver al público asistir en familia y disfrutar al máximo del rock, sin importar la edad, me hace tener fe en la humanidad. Que no muera nunca la tradición.

Frank Hernández
Director en Rocktambulos
Escucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo.
Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos
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Marillion Setlist Teatro Gran Rex, Buenos Aires, Argentina 2016, 2016 World Tour

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