Tiempo de Cambios: O’CONNOR se presentó en La Trastienda con su nueva formación

Luego de que O’CONNOR se encargara minuciosamente de testear a su más reciente encarnación como banda por gran parte del país llegó, a suerte de “bautismo de fuego”, el siempre tan expectante show en Capital Federal donde presentarían a su última placa, La Grieta (2016): esto es relevante ya que los conciertos en las grandes urbes suelen concentrar no solo a un mayor público en términos cuantitativos, sino que también encuentra a una heteregeneidad de asistentes al mismo.

La cita era en el coqueto barrio de San Telmo, más precisamente en La Trastienda Samsung, motivo por el cual la zona enfáticamente turística de la Capital se tiñó de vestimentas negras deambulantes, entre alcohol y otras sustancias; un pintoresco contraste entre el turismo de alto nivel con la “crudeza” metalera. Con este panorama, a las 23:30 hs el pequeño recinto de Balcarce vibró con SENTENCIA y un sonido claro y concentrado en un Death/Thrash que recibió una buena respuesta de los presentes

O’CONNOR, por su parte, comenzó su show con “Enroscando al Mundo”, una canción con la que no suelen empezar sus conciertos; la performance siguió con “Quién Pudiera” y continuó con “Pagando Por Tu Actitud”: una extraña triada para elegir presentar La Grieta en la noche de San Telmo. El público recibió eufórico a este inicio de tres canciones ya clásicas y obligatorias del setlist. Pero para poder apreciar lo que salía del escenario el sonido debía ser óptimo y, precisamente, podía haber una mala pasada si uno se ubicaba unos metros después de la mitad del recinto, ya que el volumen era considerablemente alto y los instrumentos se perdían en la mezcla; contrariamente, atrás el audio era realmente muy nítido.

Lo interesante era que solo con una alteración en su orden, las canciones eran las mismas que el cuarteto interpretó en Auditorio Oeste hace dos meses y unos días atrás, algo curioso si se considera que los shows en Capital amplían el catálogo de la banda; y esto ocurrió a la mitad del recital cuando se pegaron canciones de La Grieta una atrás de la otra que, efectivamente, no suelen ser parte del vivo: “Hijos del Hombre”, “Tu Cosecha” y “Jinetes del Rock” – que incluyó una dedicatoria al fallecido bajista de RATA BLANCA, Guillermo Sánchez -. Otras canciones de La Grieta se repartieron en toda la lista, como es el caso de “Diminitudes”, “Espejismos del Edén”, “Egos en Liquidación” y “Bendecido”: siete nuevas canciones para actualizar el setlist y darle rotación a su última obra.

El carácter intimista de La Trastienda permitía observar y oír con más precisión que de costumbre la actuación de los músicos en escena; Pablo Naydon (batería) tiene un golpe preciso y contundente, al mismo tiempo que sus coros no desentonan en la mezcla; Karlos Kuadrado (bajo) no se mueve mucho en el escenario, pero puede suplirlo con la fuerza que desprende la ejecución de su instrumento.

Fernando Cosenza (guitarra) maneja los hilos de las canciones cargándose las melodías y los arreglos principales; por último está Claudio O’Connor (voz), el centro de todas las miradas, que hipnotiza cuando arenga con sus icónicos “sí, acá” o algún sonido gutural a causa de su éxtasis, que atrae cuando golpea su pierna y se envuelve en la música, o cuando su mirada se pone fija en el público para no mirar específicamente a nadie, sino para concentrarse en su voz.

El público de La Trastienda si bien arengaba en cada canción distaba, y mucho, de un pogo violento, más bien se observaba una especie de camaradería, saltando agarrados de los hombros y cantando, una rareza entre el Rock y el Metal pesado. Como también lo es cómo “1976” quebró con esta paz al último tramo del show, es más, a partir de ahí la situación no volvió a la calma. El final con “Río Extraño”, “Caníbal” y “Se Extraña Araña” marcaba la culminación en la presentación de La Grieta dentro de Capital Federal.

O’CONNOR finalizó otro show presentando La Grieta, interpretando cada vez más canciones de su último álbum y aceitando a la nueva formación de la banda. Efectivamente, a juzgar por su rendimiento en vivo y las críticas positivas que recibió, la más reciente obra del actual cuarteto parece tener un lugar destacado en su carrera, mientras se palpitan los festejos por sus veinte años de vida en 2018.