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Soñando mundos infinitos: SUDARSHANA volvió a tocar en Buenos Aires #Reseña

“Sudarshana”, es la definición etimológica para “visión auspiciosa”. Esta palabra es utilizada entre los creyentes de la conciencia Hare Krishna para referirse a la rueda o chakra que poseen los dioses “Visnú” y “krishna” como protección. Este dato es más que elocuente para intentar contar cómo un conjunto de pibes, hacia fines de los años 90, encontraron un medio de expresión para contar su visión del mundo. También para entender a qué ideas se plegaban y contra qué pensamientos se revelaban. Las siglas fueron del uso cotidiano entre las bandas del sequito Punk, Hardcore y VPS, “Vegetarian Pop Sudarshana”, era el acrónimo que les resultaba más cómodo en el inicio de su carrera.

Mucho más acá en el tiempo, y luego de 11 años de inactividad como conjunto, SUDARSHANA ha vuelto a tocar. Como parte de una gira considerable y bajo el mote “Reviviendo Tour ’23” pasaron por algunos países de América latina antes de llegar el 27 de mayo al escenario de La Trastienda y con entradas agotadas.

Luego de una calida voz en off ordenando al presente publico “sentir, cantar y emocionarse” se escuchó un mantra, acompañado con tamboriles, para después, dar lugar al acto de principal con “Tomando Refugio”. El sonido, que entre la primer seguidilla de canciones logró acomodarse en intensidad y presencia, fue vital en los primeros golpes emotivos.

“La música puede ser la llave para un cambio real” expresa en “Rompe el control”, Ariel Pavlevic, cantante y autor de las letras del grupo. Para el momento de buscar pistas, o puntos de contacto entre las creencias y su proceder, la meditación tibetana del Nadabrahma, a través del sonido, crean oraciones de sanación para el cuerpo. Desconozco si cada uno de los casi 800 asistentes realizan estas prácticas pero, de alguna manera, este material nos puede servir para ejemplificar el clima trascendental que se experimentó el día sábado.

EL CAMINO DEL LOTO

Bandas de la escena neoyorkina del Hardcore como CRO-MAGS o YOUTH OF TODAY continuaron la ideología del “no drogas”, “no alcohol”, “no sexo promiscuo” pero con el inusitado crossover que se generó al unirla con la conciencia Krishna. Bandas como CONFORT SUPREMO o FUN PEOPLE en su momento, marcaron una pauta y a ella cientos de personas se han extendido con distintas consignas, hoy conocidas como el anti-especismo -la no utilización para beneficio propio de seres sintientes ya sea en la ingesta o en la vestimenta- y la idea de construir un escenario personal positivo y de posibilidades para generar un cambio en el entorno y en uno mismo.

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En la vorágine del show una de las mayores ovaciones se las llevo Javier Casas, quien, con un pulso envidiable en su mano derecha, iba enhebrando una a una las armonías y melodías que decoraban estas canciones tan emblemáticas en un sonido de guitarra cristalino y fundamentalista del punk rock cuando era requerido. Matías Solo, en el bajo, fue el encargado de intercambiar miradas cómplices con los chicos y chicas que volaban por los aires en los furiosos pogos. Pidió a la seguridad del lugar un buen trato hacia aquellos que se subían al escenario a cantar o, en un momento más emotivo, fue quien dedicó “Remolino del Dolor” a Gonzalo Espejo, baterista fallecido de Plan 4. Emilio Ponti, en batería, fue quien sostuvo sobre rieles toda la maquinaria que porta el grupo a través de la velocidad, desplegando aquellos ritmos tan característicos del género. Una tarea difícil y de mucho rigor físico.

“Boys don’t Cry” de THE CURE, versionada en castellano antes de los bises, fue un gran número para descomprimir. Incluso uno de los niños presentes entre el público se animo a hacer mosh y surfear el público ante semejante himno. “La Rebelión del corazón” y “Sudarshana” fueron los momentos finales. Sin dudas uno de los picos altos del show y del repertorio del grupo.

¿Cuánto tiempo dura la espera entre un acorde, un silencio y el acorde siguiente? Sin dudas el tiempo psicológico y el tiempo cronológico van por dos carriles distintos en los que es difícil calibrar su exactitud. Sumado a esto, cada minuto que pasa, devenimos en cambios. El fin de un acorde y el principio de otro se entrelazan desde iniciado este último y eso crea una línea de tiempo de conciencia. Once años habían ocurrido desde la última vez que tocó SUDARSHANA, antes de la ansiada vuelta. Para una banda que ha partido del under siempre es una hazaña volver a tocar y más si es en algún recinto de renombre. Seguramente pronto estaremos teniendo más noticias del grupo. El futuro inmediato avizora la edición de un nuevo disco de estudio y la edición de un largometraje documentando la actual gira latinoamericana.

Tomás Molina
Cronista en Rocktambulos
Estudiante de filosofía, Bajista, fetichista del disco.
Tomás Molina on Instagram

Todas las fotos fueron tomadas por Diana Clemente para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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