Una despedida con honor: THE EXPLOITED en Argentina #ReseñaReseñasShows (Así Fue) por Alejandro Gonzalez - 13/05/202513/05/2025 El pasado sábado 3 de mayo, mientras al otro lado de la ciudad se llevaba a cabo el regreso de SYSTEM OF A DOWN, THE EXPLOITED brindaba su último show en Argentina y ocurrió en el mítico Groove de Palermo, Buenos Aires. Esta fecha marcó el cierre de su gira por Sudamérica, y según confirmó el propio Wattie Buchan, fue también su despedida definitiva del continente.Antes de hablar del show, es importante aclarar que esta no será la última gira de la banda sino la última visita a Sudamérica. Así nos lo hizo saber el mismo Wattie:“No se trata de la última gira de THE EXPLOITED, si no solo de la última en Sudamérica. Esa región ha perdido a este turista inglés, pero porque es demasiado lejos para mí; es demasiado lejos para viajar por mi salud, por eso este es el último tour a Latinoamérica”.Con esa declaración, el show adquirió un tono especial, cargado de nostalgia, energía y un claro sentimiento de cierre para los fanáticos locales. Pero antes, hablemos un poco del acto soporte de esta noche de punk. Leila Harlac: apertura con actitudLa noche comenzó temprano con Leila Harlac, banda local que abrió la jornada con su propuesta de pop punk directo y enérgico. Canciones como «I’m the Best» e «If You Feel the Way I Do», más un respetuoso cover de «Last Caress» de MISFITS, prepararon el terreno para lo que sería una velada cargada de emociones y pogos.Leila HarlacCon algo de retraso sobre el horario pautado, se podía percibir la ansiedad del público, quienes empezaron a corear «Exploited army» hasta que Wattie Buchan tomó el escenario acompañado por Irish Rob (bajo), Stevie Campbell (guitarra) y el nuevo baterista, Garry Sullivan, quien debutó en 2024 tras la salida del histórico Wullie Buchan.Desde el arranque, la intensidad fue total: la banda arranco con tres canciones bien rápidas y agresivas como «Let’s Start a War», «Fight Back» y «Dogs of War» dándole al público energía para armar el mosh que tanto deseaban y encendiendo la mecha de un pogo que no dio tregua.La conexión público-banda fue inmediata, y en repetidas veces se coreó el clásico cántico “es un sentimiento, no puedo parar”. Un fan arrojó una camiseta de la selección argentina que Wattie se puso con orgullo durante un par de temas, gesto que replicó el bajista Irish Rob, quien la llevó puesta durante casi todo el show. Himnos Punk y violencia descontroladaEl repertorio incluyó clásicos esenciales como «I Believe in Anarchy» y «Alternative», muy bien recibidas, y cantadas con mucha energía por parte del público, así como también «Beat the Bastards» y la incendiaria «Fuck the System», donde el pogo alcanzó niveles de violencia intensa, aunque por suerte no pasó a mayores. Fue un desahogo colectivo, parte de la adrenalina que el público deseaba descargar y una catarsis que esperabamos vivir por última vez con la banda.También sonaron «Army Life» y «(Fuck the) U.S.A.», coreadas con la certeza de que posiblemente no vuelvan a escucharse en vivo en estas latitudes. El show tuvo momentos de puro sentimiento punk, con los fans entregándose al caos como si fuera la última noche… porque, en efecto, lo era.Tras un breve encore, THE EXPLOITED regresó con «Punks Not Dead», que fue coreado con furia. Pero el punto cúlmine llegó con «Sex and Violence», donde Wattie invitó al público a subir al escenario, como es tradición. Alrededor de 30 personas se amontonaron junto a la banda, cantando, saltando y agitando. Si bien es algo habitual en los shows de la banda, fue un momento que se vivió con mucha intensidad, hasta que la seguridad del local debió intervenir para ordenar la escena y bajar a los fans que coreaban «Sex and Violence» una y otra vez.El cierre definitivo llegó con «Was It Me», seguido por un simple pero sentido: «Good night, muchas gracias», con el que Wattie se despidió del público argentino. El show de THE EXPLOITED en Argentina fue más que un concierto: fue un ritual de despedida para una banda que marcó generaciones con su crudeza, actitud y convicciones inalterables. Con un show directo, sin artificios, y cargado de adrenalina, Wattie y compañía se despidieron como se debe: haciendo temblar el suelo a base de punk, sudor y violencia controlada. No queda más que quitarse el sombrero y agradecerle a esta leyenda por todas las veces que nos ha visitado. ¡Larga vida al mítico Wattie!Alejandro GonzalezColaborador en Rocktambulos©Todas las fotos fueron tomadas por Matías Fortini para Rocktambulos / Todos los derechos reservados