El Ritual del pueblo: ASSPERA y FLEMA se unieron en Buenos Aires #ReseñaDestacadaNoticiasReseñasShows (Así Fue) por Tomás Molina - 14/03/202314/03/2023 Muchas serian las razones por las que no querrías alejarte de tu zona de confort. Alerta Naranja en la ciudad de buenos aires o plaga de insectos debido al calor y la sequía podrían llegar a ser algunas. Contra esto se enfrentaban FLEMA y ASSPERA en la tarde/noche del sábado 11 de marzo. Una loable misión para los que se hicieron presentes en el caluroso Teatro de Flores.Una vez dentro, y con los rockeros ANGELITO TU ABUELA amenizando la espera, las cervezas y el intercambio de experiencias entre adultos y jóvenes se sucedía de manera lúdica y desestructurada. Incluso hubo lugar para llevar a cabo el sorteo de una guitarra firmada por los músicos, contando con Richar y Rockardo Asspero, como maestros de ceremonias.Angelito Tu AbuelaAsí llegaría el turno de FLEMA, que más que un acto soporte, era un protagonista de la jornada. Pasadas las 20:30, y con 15 minutos de retraso según el horario oficial, “Los chicos de Gerli” se apoderaron de la escena con el clásico “Si Yo Soy Así”. Imágenes de Ricky Espinoza y un sonido que se acomodaba tímidamente entre canción y canción, los músicos hacían de las suyas sobre el escenario. Fueron poco mas de 30 minutos, 12 canciones, 12 leiv motiv únicos e irrepetibles en el cancionero punkrocker argentino. “Corriendo con Satán”, “Más Feliz que la mierda” y “Nunca seré policía” fueron algunos de los más festejados por los seguidores de FLEMA. Al grito de “¡Hijos de puta!”, por parte de un público dando su aprobación, el telón se cerró y, entre canticos para acortar la espera, uno a uno, iban pasando los minutos muertos entre las dos bandas. Demás esta decirlo, el marco era festivo, de comunión y de victoria. La intima relación que guarda la banda autoproclamada de Metal Bizarro y oriunda del ficticio barrio de “Villa la verga” junto a su público se funde en un sólo momento y en un sólo hecho artístico.FlemaCasi 10 minutos luego de apagadas las luces, frente a un teatro casi colmado en su capacidad, apareció ASSPERA sobre el escenario. “La puntita”, “Tarifazo” o “La poneta” fueron algunos de los éxitos que el plato fuerte fue decantando por sobre el publico Assperiano. Algunos problemas sonoros que se gambetearon en los primeros minutos y la voz un poco difusa del vocalista no empañaron las primeras imágenes de la noche.Con material para acompañar momentos específicos en su show o dando algunos indicativos precisos entre nosotros tales como “Si alguien se cae se lo levanta” o “canten, putos” sucedían las vulgares demostraciones de poder sobre el escenario. Rockardo Asspero interpretando de manera envidiable aquellas composiciones armónicas que acompañan esas letras que cuentan de manera cuasi humorística momentos bizarros o tabúes en el cotidiano del inconsciente colectivo argentino fueron destacables.AssperaCon solos de percusión incluidos, una sección de coros para los registros altos en la voz o la aparición del Rubio salvaje casi en el principio de la segunda mitad, La banda se fue despachando una a una las canciones que forman parte de ese “multiverso” creado por distintos personajes ficticios. Fue viral, hace casi un año atrás un video sobre ASSPERA haciendo un cover del jingle publicitario de “Marólio”. Lo mismo ocurrió hace poco con la versión actualizada de “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar” o con el estreno de “Lloviendo estrellas” acompañados por Cristian Castro. Pareciera que el grupo logró romper la matrix, llevando la música pesada a lugares y terrenos inusitados para un metalero.AssperaEl final llego con «Pogo al corazón», canción dedicada al fallecido ex-baterista del grupo y a Pato Larralde, ex cantante de Los Antiguos y Saurón, fallecido en 2020 por contraer COVID-19. Con un despliegue emocional en lo mas alto y con varios presentes abrazándose o rompiendo en llanto la banda finaliza su gran noche.La impresión que me guardo es la de una banda sólida, que se desenvuelve con profesionalismo y solidez sobre el escenario y con un público que se identifica con el mensaje hiperrealista y “bizarro” que emite el grupo. En su momento, hace casi 20 años atrás, para un gran sector del heavy metal argentino fue una impronta recibida con extrañeza pero que, con el tiempo logró cuajar y brindar, al menos, una gota de aire fresco al género. Y en una ciudad en la que se respira calor y donde hoy, arrecian los insectos y las plagas, lo intentaron una vez más y, una vez más, la banda lo logró.Tomás MolinaCronista en RocktambulosEstudiante de filosofía, Bajista, fetichista del disco.Todas las fotos fueron tomadas por Maru Debiassi / Todos los derechos pertencen a su autora