RED HOT CHILI PEPPERS en Argentina: Siguen picando, 40 años después #Reseña

¡Qué noche la de anoche! Hacía tiempo que no veíamos a los RED HOT CHILLI PEPPERS sonar tan bien. ¿Cómo que no? podrán preguntarse algunos, sobre todo los más jóvenes, pero si ponemos en contexto que los Red Hot fueron criticados en anteriores visitas por mostrar algunas falencias en vivo, sobre todo vocales, entonces comprenderemos por qué lo de este viernes nos pareció un gran show. El grupo dejó claro que, a 40 años de su formación, se encuentra en un gran nivel, con un Anthony Kiedis que cantó como en sus mejores tiempos y una banda que se vio acoplada y virtuosa, con un sonido sólido.

La banda de Anthony, Flea, Chad y John volvió a la Argentina este viernes 24 de noviembre y llenó River (dos veces, ya que el domingo repiten), demostrando que siguen siendo relevantes para el público argentino, que obviamente no es el único que los ama, sino recordemos que también agotaron fechas en otros países y que su disco Unlimited Love (2022) fue #1 en la listas estadounidenses, más específicamente, en el Billboard 200, la cartelera que reúne a los artistas más escuchados de todos los géneros.

A pesar de estar presentando su nuevo disco, o mejor dicho, sus dos nuevos discos, Unlimited Love y Return of the Dream Canteen (este último incluido en nuestro listado de lo mejor del año 2022), el setlist estuvo conformado en su mayoría por temazos de los álbumes By the Way, Blood Sugar Sex Magik y Californication, sorprendiendo con canciones que no fueron hits, como “I Could Have Lied” (que entró en el set en lugar del clásico “Under the Bridge”) y “Throw Away Your Television”, un guiño a los fans más exigentes, que siempre esperan poder escuchar en vivo esas piezas difíciles y no tanto los singles que la mayoría conoce. Aplausos por eso.

Además, no podían faltar las ocurrencias del alocado Flea, que entró al escenario caminando de manos y no paró de saltar y correr, como tampoco faltaron los constantes jammings entre John, Chad y Flea. Musicalmente, la banda nos deleitó con un set de 20 canciones, entre las que hubo un cover a Syd Barrett (el tema “Terrapin”), por parte del gran John Frusciante en solitario, que además de ser el responsable de que este regreso haya sido tan especial, tiene una carrera solista que los más fanáticos aprecian.

La magia de los Peppers está en su música, pero también en sus poses sobre el escenario, por eso no es necesaria mucha producción en sus conciertos. Eso si, al menos buenas pantallas tiene que haber, y un escenario lo suficientemente alto para que nadie se pierda ningún detalle, porque la gente los va a ver a ellos y sus legendarias posturas. Los fans quieren ver los bailes de Anthony con el paral del micrófono, o la hiperactividad de Flea por todo el escenario. La fuerza que demuestra el gigantesco Chad detrás de los tambores y las tradicionales arqueadas de John en su espalda cada vez que hace un solo de guitarra, son suficiente para los amantes de la banda. Por eso lo de ayer fue un show que -como es habitual en los RHCP- no contó con demasiada parafernalia, no hubo humo ni confetis, no hubo fuego ni gente volando, pero hubo buenas canciones y una banda legendaria haciendo de las suyas y sonando “como Dios manda”.

Siempre nos quedará la espina de algún tema que no tocaron, pero es imposible que los toquen todos. El domingo seguramente habrá algunos cambios en el setlist, ya que vienen cambiando temas incluso entre países, así que para quienes tienen tickets ambos días, va a ser una jornada especial.

No todas las bandas de rock pueden decir que tienen la atención de distintas generaciones, y el hecho de que los RED HOT CHILI PEPPERS sigan cautivando a sus antiguos fans mientras enamoran a nueva audiencia, dice mucho de la vigencia de su música, de lo fresco que suena su más reciente material y lo imperecedera que es su discografía en general. Ver en vivo que grandes clásicos como “Give It Away”, “Californication” y “Suck My Kiss” encajan perfectamente con canciones nuevas, como “Black Summer” o “The Heavy Wing”, es comprobar que la esencia está intacta, y aunque el sonido varíe, ellos son fieles a su sonido y a su legado.