Viejos son los trapos: RICHIE RAMONE trajo su energía a Buenos Aires

En poco más de un hora, RICHIE RAMONE y su banda hicieron poguear a todo Uniclub el pasado domingo. Un potente show, plagado de canciones de RAMONES, y algunas incluidas en los dos álbumes como solista del baterista devenido (también) en cantante.

Noche fresca en la zona de El Abasto de Buenos Aires, ésa que es identificada por haber sido una de las más tangueras, ésta vez se vistió de puro punk ramonero. Es que se presentaba por primera vez en Capital Federal el Ramone que faltaba, junto a excelentes músicos. Richie –quien alternó entre batería y voz-, Clare Misstake –bajo-, Ronnie Simmons –Guitarra- y Ben Reagan –guitarra y batería-, supieron dar un furioso recital.

Habían pasado las bandas locales que hicieron de soporte: Ángel Voodoo, Radio Remember, Envenenados y Los Bizzaros. Minutos antes de las 22hs, salieron a escena los cuatro integrantes, primeramente con Richie en el fondo, haciéndose cargo de los palillos. Clare gritó el clásico “One-Two-Three-Four” y comenzó a sonar “Durango 95”, con la gente coreando el instrumental. Pegado a ése tema tocaron “I Don’t Wanna Go Down To The Basement” y “Somebody Put Something In My Drink”, tres clásicos de Ramones.

Tuvieron lugar para poder tocar las canciones incluidas en los discos de esta formación: “Criminal”, “I’m Not Jesus” y “Humankind”, (ambas escritas por Richie, al igual que “Somebody…”) de Entitled (2.013); y “I Fix This” y “Enjoy The Silence” (cover de Depeche Mode), de Cellophane (2.016), que fueron bien recibidas por el público. Entre tema y tema fueron sucediéndose “Blitzkrieg Bop”, “Today Your Love, Tomorrow The World”, con un Uniclub desbordado, mucho mosh y fanáticos que se subían al escenario.

En “Sheena Is A Punk Rocker”, le rompieron el micrófono a Richie, quien lo revoleó y al término de la canción, decidió que era tiempo para un descanso. Luego de cinco minutos volvieron los cuatro para terminar con una serie de clásicos, cantados por Simmons, que dejó exhautos a muchos, mientras otros pedían más. Además, el guitarrista exhibió su tatuaje en la espalda, que fue muy festejado. Nuevamente la banda se fue del escenario y se prendieron algunas luces.

Cuando parecía que todo llegaba a su fin, salieron otra vez, como para no dejar con ganas a nadie. Richie cantó, con su áspera voz, “Loudmouth”, saltando y muy enérgico, saludando a los que estaban pegados a la valla, y con un “Thank You, Thank You, Thank You”, cerró la gran noche ramonera que les hizo vivir a todos los que se acercaron.

Hugo Ramirez