Ayúdanos a hacer periodismo independiente

Por favor, desactiva Ad-block

Trabajamos duro para brindarte contenido gratuito y de calidad. Mostrarte publicidad es la única forma de monetizarlo y seguir creando.

Estás aquí
Página principal > Destacada >

La máquina del tiempo: BIOHAZARD trajo toda su intensidad a Buenos Aires #Reseña

Durante los 90, la música Hardcore juntó a un montón de chicos que se sentían desplazados. Ya sea por su entorno familiar, político o musical, encontraron una forma de expresión en ese género que les era propia. Una generación de adolescentes que volcaba sus frustraciones formando bandas, creando sellos y trayendo a las bandas que les gustaban. El verdadero espíritu del “hazlo tú mismo”. De Nueva York a Buenos Aires hay 8500 km de distancia, pero en ese momento, parecía unirlos un mismo espíritu; darle frente a la adversidad.

De todas las bandas que visitaron Buenos Aires en esa época, BIOHAZARD probablemente haya sido la que caló más hondo, logrando llenar lugares como Obras en 1994, algo que, para entonces, no lograban ni en su Nueva York natal. Lo mismo ocurrió en 2001, ya habiendo pasado años de su época de gloria, cuando compartieron cartel con BAD RELIGION, pero con ellos encabezando. Esta nueva visita no traía nada nuevo, más allá de un hueco de 14 años desde la última vez; quizás, un tiempo que banda y público se tomaron para confirmar el romance.

MINORÍA ACTIVA: Los Que Llevan La Antorcha

Si hay una banda local hermanada con BIOHAZARD, esa es MINORÍA ACTIVA. Desde 1992, la banda de Moncho se ha puesto al hombro la tarea de representar el llamado “Buenos Aires Hardcore” de forma ininterrumpida durante más de 30 años.

Sin el mejor sonido pero con toneladas de actitud, la interpretación del grupo es más que un simple acto de apertura. Así como podríamos hacer un paralelismo entre cómo Madball es la banda hermana de Agnostic Front, podríamos decir que Minoría son los primos del cuarteto norteamericano.

Y con la seguridad de esa herencia, se plantan en el escenario con canciones que van desde los estrenos (“Minotauro”), clásicos propios (“Todos Unidos”) y clásicos ajenos (“Buenos Aires Hardcore” de D.A.J), compartiendo micrófono con varios cantantes de la escena Hardcore local.

A veces, al contar la historia, son grupos como N.D.I, D.A.J o E.D.O los que más resuenan, quizás porque son grupos que duraron un periodo muy corto de tiempo. MINORÍA ACTIVA tiene el “problema” de que nunca se han separado, y cuando eso sucede, a veces la gente los toma por sentados. Pero no se equivoquen, que ellos son los más fieles representantes de todo ese movimiento.

BIOHAZARD: El Manual Del Hardcore

A las 22 hs, con un retraso importante y la impaciencia del público de por medio, salió BIOHAZARD a matar o morir con el clásico “Urban Discipline”, ante un Vorterix realmente repleto, para transportarnos directamente a 1994.

Últimamente se habla mucho de cómo la intensidad del público ha bajado en los shows, como fue el caso de Megadeth, recientemente. La explicación es sencilla: el rock y sus derivados tienen un serio problema de renovación de público. Si a eso le sumamos el alto costo en las entradas, lo que tenemos en la mayoría de los shows es un público que está entre los 30 y 50 años que no está en condiciones de andar saltando durante dos horas como lo hacía a los 20. Bueno, hoy no es el caso. Hoy, el público, más allá de su edad, volvió a esa adolescencia para dejar todo en el pogo, como si no hubiese mañana, o como si al menos, no hubiese que trabajar al otro día.

La banda también pareció transportarse a 1994. Por un lado, por el envidiable estado físico que mostró la mayoría de sus integrantes y por la energía que emanaron; y por el otro, porque el repertorio no iría mas allá de ese año, concentrándose en sus primeros tres discos. Y en ese sentido, el repertorio fue imbatible; canciones como “Five Blocks to the Subway” o “Down For Life” no dejaron a nadie quieto.

De hecho, tanta sería la intensidad, que la banda tendría varias discusiones con la gente de seguridad, parando el show en varias oportunidades. Hubo una época donde el rock era peligroso, y aunque ahora estemos todos transmitiendo en vivo para Instagram, hay algún destello de eso en shows como estos. De hecho, no se ven tantas cámaras, sea porque el público decide vivirlo o porque realmente es imposible frente al descontrol imparable que se potencia canción tras canción.  

Sus integrantes no siempre han tenido la mejor relación, pero hoy se los ve más hermanados que nunca, disfrutando genuinamente lo que han logrado. Pasan los años y los egos y los celos van cediendo su lugar; los excesos desaparecen y lo que queda es una banda de hombres que ya pasaron los 50, dando una performance realmente intensa, y un público que devuelve esa entrega.

Tanto Evan Seinfeld como Billy Graziadie hablaron varias veces esa noche. Desde su primera llegada en 1993, han tenido lazos muy estrechos con la escena local. Algunos hasta podrían decir que se han inspirado en ésta, teniendo en cuenta las similitudes entre la tapa de “State of The World Adress”(1994) con el disco “Realidad Virtual”(1993) de los locales D.A.J. Pero aún así, devuelven la gentileza que este país les ha dado invitando a Moncho, de MINORÍA ACTIVA, para el cover de “We´re Only Gonna Die” de BAD RELIGION.

Para “Punishment”, el personal de seguridad casi abandona su labor, y el público invade el escenario, siempre a pedido de la banda, claro. Lo que se siente en ese momento es sensación de comunidad, de personas que han crecido juntas y aún siguen juntas.

El final es con “Hold My Own”, canción que habla sobre no aflojar. Y un poco el show se trata de eso. En un momento Billy nos dice que, si bien están arriba del escenario, cuando vuelvan a casa tienen que volver a sus trabajos normales, y que están orgullosos de pertenecer a la clase trabajadora. Pero lo que hacen sobre las tablas también se trata de eso; no creo que a esta altura, Biohazard tenga otra intención que darle al público lo que quiere. Y si tiene que ver con la nostalgia, bueno, hay todo un mercado que se alimenta de eso. La diferencia es que, para la banda, lo que cantaban 30 años atrás todavía es relevante hoy.

Facundo Llano
Colaborador en Rocktambulos
Música, comida y libros, el resto está de más.
Facundo Llano on Facebook

©Todas las fotos fueron tomadas por Jolu de Simone para Rocktambulos / Todos los derechos reservados

¿Te gustó? ¡Queremos saber tu opinión!

Top